Conocé esta herramienta que hace todo más fácil.
Hace un tiempo los innovadores y los creativos fueron los primeros en traer al mundo de las empresas la disciplina Visual Thinking, un concepto que se popularizó a partir de 1969 con la publicación del libro homónimo de Rud Rudolf Arnheim, psicólogo y filósofo alemán miembro de la escuela Gestalt. Allí se relata como los pensamientos ‘necesitan tomar forma’. Como además del lenguaje –que tiene una función esencialmente conservadora y estabilizadora–, el pensamiento también necesita imágenes. “En el lenguaje visual una imagen se muestra completa, entera, en forma simultánea. Es increíblemente ágil para encontrar relaciones, patrones, categorías, etc. Por ejemplo, lo que se logra en media hora de Visual Thinking es imposible lograrlo hablando”, explican Pablo Holmberg y Luis Migone, directores de Capisco, consultora especializada en gestión del entendimiento, y profesores del Programa Ejecutivo “Visual Thinking. El camino para transformar equipos de trabajo” de la Universidad de Palermo.
CÓMO EMPEZAR A VISUALIZAR
¿Cómo se implementa esta disciplina? ¿A través de qué técnicas? ¿Todos podemos aplicarla? ¿En cualquier momento? Según explican los especialistas, en el mundo corporativo los desafíos de mejora continua de procesos y la agilidad en la ejecución de proyectos son vocabulario común. En ese sentido, el Visual Thinking aporta soluciones concretas para la definición de problemas, visualización de soluciones y mapeo de caminos posibles para alinear equipos de trabajo, por ejemplo. ¿Cómo lo hace? A través de su herramienta fundamental: el dibujo. “Entre otras ventajas, el dibujo es un idioma universal que democratiza la toma de decisiones y permite hacer visibles cuestiones que a través del lenguaje oral se diluyen o no quedan claras.Si bien el dibujo es la herramienta básica del Visual Thinking, la disciplina también se vale de otras técnicas como el diseño de la información y el diseño gráfico”, detallan.
Entre los beneficios de esta herramienta los especialistas destacan que facilita que tanto clientes como colaboradores de una empresa entren en acción. “Muchos de los problemas de las compañías tienen que ver con la explicación de tanto sus procesos internos como la naturaleza de sus productos o servicios o directamente su propuesta de valor. Si el receptor del mensaje (sea interno o externo) no lo entiende, no entra en acción. Y si no entra en acción no toma una decisión, por ejemplo, de compra. Y si eso no ocurre no hay resultados y la empresa es afectada directamente. El Visual Thinking aporta claridad para poder explicar estos procesos, reduce la ansiedad informativa y resuelve problemas de entendimiento que se traducen en resultados de negocio concretos”, argumentan los responsables de Capisco.
EMPRESAS VISUALES
Pero eso no es todo. El Visual Thinking aporta y mucho a las organizaciones y sus equipos de trabajo. Entre esos aportes podemos mencionar que:
- Acelera los procesos, porque su naturaleza tiene que ver con enfocar la conversación hacia un solo lugar: el dibujo, la imagen.
- Genera entornos de confianza. Todos se sienten en igualdad de condiciones para participar y se limitan los problemas de clima interno.
- Agiliza la toma de decisiones estratégicas en las organizaciones.
“Para las organizaciones el gran potencial es la optimización del tiempo, reducir la cantidad inmensa de horas que se pierden tratando de entender lo que el otro quiso decir. Busca reducir la incertidumbre, agregando claridad, para agilizar las decisiones. Algo que cualquier organización, que atraviesa la transformación digital, necesita”, concluyen.
Más información: www.palermo.edu