Cómo proyectar el negocio.
Primero es tiempo de hacernos preguntas que nos permitan reflexionar y revisar metas. ¿Llegamos o estamos en camino de conseguir lo planificado? ¿Se cumplieron los objetivos primarios? ¿Qué funcionó mejor los meses anteriores? ¿Podemos replicar algo en noviembre y diciembre? ¿Qué metas empresariales priorizar en diciembre? ¿Qué tácticas de cierre de año funcionan mejor? ¿Cómo identificar áreas de mejora? Comenzando a responder estas preguntas podremos ir dando forma al viaje ideal para el último tramo del año.
CONSEJOS CLAVES
Es importante tener en claro antes de arrancar este “Proceso de proyección final del año”, que dos meses del año no van a cambiar el curso de lo que se hizo y sucedió en los otros diez. Sin embargo, poder ordenarnos es clave para transcurrir el fin de año de la mejor manera y no subirnos a la vorágine de diciembre. Compartimos consejos para esta etapa:
- EVALUACIÓN, REFLEXIÓN Y ANÁLISIS. El primer punto es poder mirar nuestro negocio, cómo fluyó en el año, analizar los objetivos conseguidos, las metas que aún faltan alcanzar, estatus de los pendientes, qué no funcionó y ya no va a poder solucionarse… un repaso a conciencia de nuestro negocio 2024. Bajar esta información para poder visualizarla y accionar.
- PLAN SEMANAL. Con la información recabada en el proceso de evaluación y análisis, establecer un plan por semana para estos dos últimos meses del año. El plan exprés bimestral debe tener objetivos realizables y alcanzables. No puede ser una especie de salvavidas INALCANZABLE del año. ¿Vamos con un ejemplo? Si el objetivo era crecer un 18% en pólizas en el segundo semestre del año y hasta ahora solo crecimos un 3%, no podemos poner en el plan crecer el 15% restante. Si podemos poner, por ejemplo, mejorar el promedio mensual en un 1%. De esa forma, subsanamos un poco el gap y tenemos un objetivo conseguible. Además, poner planes reales nos motiva a lograrlos. Caso contrario nos frustramos en demasía.
- MONITOREO DIARIO. Por último, este plan de fin de año debe tener un monitoreo diario. ¿Cómo? Viendo que hicimos cada día para ir cumpliendo con él. Ejemplo: “¿Hicimos las 3 llamadas a nuevos contactos que teníamos agendadas?”, “¿Subimos la nueva propuesta a todos los canales digitales?”, “¿Estamos haciendo el seguimiento de esos nuevos contactos?”, etc.
Por último, tenemos que saber que esta etapa tiene que servirnos como un momento de reflexión, aprendizaje y crecimiento personal. Poder frenar, revaluar y ajustar es una constante de la vida. En el año laboral no todo va a salir siempre como lo planeamos: a veces puede salir mejor y la gran mayoría, peor. Sin embargo, cada experiencia tiene que ser aprendizaje para el año que vendrá. ¡Por suerte, siempre hay revancha!