THOUGHT LEADERSHIP

El fin de toda marca es vender su producto o servicio y, claro está, esto no es una tarea fácil. Sin embargo, con las estrategias adecuadas puede convertirse en una proceso más sencillo. ¿A qué nos referimos? A llevar adelante ciertas estrategias que hagan que nuestro potencial cliente llega a la compañía de manera espontánea, informada e interesada. Según explica Anita Figueiredo, Co-Founder y directora en Proteína Marketing, en ocasiones, esto sucede cuando las personas que están buscando ayuda en un producto o servicio, conocieron previamente aspectos de nuestra marca que hicieron que se inclinaran a pensar que la compañía podría ser la respuesta a eso que hoy necesitan. Incluso, mucho mejor si esto es producto de una conclusión a la que arribaron de manera relajada, como resultado de haber tenido contacto anterior con nuestra marca en situaciones en las que no estábamos ‘vendiendo’, sino expuestos ofreciendo un consejo, aportando un punto de vista, dando una opinión o enseñando algo. “En definitiva, a lo largo del tiempo, una marca puede ir constituyéndose frente a una determinada audiencia como referente en los temas sobre los que se decida a contribuir. Y quienes la escuchan irán conociendo a la marca a través de sus opiniones y aportes en estos asuntos. Llegado el momento adecuado, va a ser natural para estas personas ir al encuentro de la marca. Esto es lo que se conoce como estrategia de Thought Leadership, también llamado liderazgo intelectual”, explica Figueiredo.

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¿QUÉ ES EL LIDERAZGO INTELECTUAL?

Es convertir a nuestra marca en referente y experta para nuestra industria, comunidad o público en general. Ser ‘líderes de opinión’. “La estrategia de Thought Leadership apunta a convertir a nuestra marca en referente de aquellos temas que preocupan a nuestro cliente. Ponerla delante de sus ojos como una marca que domina una cuestión, que tiene expertise en el tema que le preocupa”, argumenta la especialista. Esto se traduce en que nuestro cliente verá a nuestra marca como una fuente de conocimiento, un lugar a donde ir por información, consejos y, como consecuencia, también nos buscará al momento de resolver su necesidad.

Si logramos conseguir que nuestra marca se convierta en thought leader no tendremos que decir frases como ‘entendemos de estos temas’ o ‘te podemos ayudar en este problema’. Si somos thought leader, demostraremos concretamente que esto es cierto. Como explica Figueiredo, cuando nuestra marca se vuelve referente en determinados asuntos se fortalece su conocimiento, visibilidad y se crea una reputación que le otorga credibilidad y confiabilidad.

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¿CÓMO APLICAR LA ESTRATEGIA DE LIDERAZGO INTELECTUAL?

La especialista sugiere seguir estos pasos:

1. Definir nuestro objetivo. ¿A qué público intentamos llegar? Cuando sabemos a quiénes estamos tratando de alcanzar, muchos otros detalles comienzan a encajar en el rompecabezas. Importante: cuanto más limitada y específica sea la definición de nuestra audiencia, más rápido vamos a avanzar en el posicionamiento.
2. Investigar bien a nuestro público y sus ‘dolores’. Prestar especial atención a sus desafíos comerciales, a sus problemas e inquietudes importantes. Conocerlo bien: realizar una investigación sólida.
3. Determinar nuestras áreas de expertise. ¿De qué temas vamos a hablar? ¿En qué asuntos nuestra marca tiene credenciales para convertirse en referente? ¿Cuáles de estos temas coinciden con las prioridades de los clientes?
4. Desarrollar una estrategia de contenido. ¿Cómo vamos a comunicarnos? ¿Sobre qué temas vamos a escribir o hablar? ¿Cuál es esa visión única que hará que nuestra perspectiva sea interesante o útil? El contenido que desarrollamos debe ser valioso para que la gente lo use y lo recomiende.
5. Desplegar una estrategia de visibilidad. ¿Cómo vamos a hacer para que nuestros contenidos –que pensamos y desarrollamos minuciosamente– lleguen a nuestro público objetivo? ¿Qué sean visibles? También preguntarnos, ¿A dónde va nuestro público en busca de nuevas ideas e inspiración? ¿Qué publicaciones leen? ¿Qué blogs siguen? ¿A qué eventos van? ¿Qué tipo de podcast escuchan?¿A qué expertos ya consultan? Esto nos dará una clara visibilidad.
6. Conectar con nuestra audiencia. Encontrar las mejores formas de alcanzar nuestro objetivo. Por ejemplo, podemos hablar en una conferencia a la que asistan clientes, escribir artículos en publicaciones de la industria o establecer relaciones con expertos de áreas relacionadas.

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La estrategia de Thought Leadership puede ejecutarse por diferentes medios o vehículos. Para Figueiredo, algunas opciones son la producción de papers o estudios, realización de newsletter, posteos para blogs, acciones de prensa, presentación de casos de éxito, episodios de podcast. También, podemos crear nuestros propios eventos o participar en eventos de la industria, instaurar premios, relacionarnos con periodistas, hablar en público a través de nuestras cuentas de Redes Sociales y hasta escribir un libro.

“En la práctica no hay un solo camino para convertir a una marca en thought leader. Sin embargo, si hay que tener en claro que el camino para lograrlo no es corto: es una construcción que debe hacerse sin prisa, pero sin pausa y de manera consistente”, concluye.