Estrategias para desarrollar flexibilidad e inteligencia espiritual en nuestra vida.
Desde hace mucho se habla de la inteligencia emocional y cómo está nos permite relacionarnos mejor, ser más empáticos con las personas y lograr mejores vínculos. En esa línea también surge otro concepto ligado conocido como “inteligencia espiritual”. Esto no tiene que ver con creencias ni mucho menos, sino con la capacidad de ser personas flexibles con un alto nivel de conciencia en nosotros mismos y con capacidad para afrontar quizás situaciones que no son tan gratas. Poder encontrar alternativas para autorregularnos emocionalmente y así mejorar todos nuestros vínculos en todos los ámbitos y crecer como personas. Como explica la coach Isabel Martínez de Campos para esto es central aceptar que no somos perfectos. Eso nos ayudará a mirarnos tanto a nosotros mismos como a los demás con una mayor comprensión. “Cuando soltamos las expectativas, soltamos al mismo tiempo los juicios, las exigencias y los prejuicios que son los primeros interruptores de nuestra felicidad en el trabajo” argumenta.
Otro punto clave en este camino de flexibilidad y desarrollo personal es trabajar la empatía cuando algo nos molesta. “Tenemos que aceptar que el otro puede tener un punto de vista diferente y en algún punto ser siempre flexibles. La flexibilidad es como un elástico que tiene la capacidad de adaptarse”, ejemplifica la coach.
5 CONSEJOS PARA TENER EN CUENTA
- LIBERARNOS DE LOS PREJUICIOS. Sacar de nuestra mente preconceptos o ideas arraigadas que solo restan y no nos permiten ver con claridad.
- SER EMPÁTICOS. Ponernos siempre en el lugar del otro. Entender que cada uno tiene diferente historia, creencias y un background que no tiene por qué ser igual al nuestro.
- ENTRENARNOS EN LA ESCUCHA. Oír no es lo mismo que escuchar. Darle tiempo al otro a explicarse y realizar una escucha atenta ante cada intercambio que tenemos con los clientes, amigos, familiares y conocidos. Desterremos el “escuchar” mirando el celular o haciendo otra cosa a la vez.
- SER PROACTIVOS Y NO REACTIVOS. Ante alguna sugerencia o “crítica” evitar ponernos a la ofensiva. Tomar ese consejo, analizarlo y ver qué se puede hacer.
- SOLTAR LAS EXPECTATIVAS. En nosotros y en el resto. Quitar peso innecesario a mochilas que no necesitamos llevar tan cargadas.
Trabajemos la flexibilidad a diario: es uno de los mejores atributos que podemos tener las personas. Hagamos una especie de nota mental diaria: “Hoy no me tengo que olvidar de ser flexible conmigo y con quiénes me rodean”.