Cómo lidiar con este perfil en el trabajo.
¿CÓMO LIDIAR CON UN SABELOTODO?
Este tipo de personalidades, en ocasiones, puede exasperarnos y más si sus intervenciones se dan en el ámbito laboral donde todo el tiempo buscan lucirse interrumpiéndonos. ¿Qué hacer para convivir con ellos sin agobiarnos? ¿Qué cosas podemos tomar a nuestro favor?
Primero, por más irritante que nos resulte, debemos comprender que la limitación está en ellos y no en nosotros. Segundo, aplicar estrategias para lidiar con estas personalidades.
Algunas de las siguientes propuestas pueden resultar de gran ayuda para tratarlos, sin sentirnos tan irritados ni agobiados:
- ELEGIR LAS BATALLAS. A veces la cuestión se desactiva rápido con un simple “gracias por tu comentario”. No perdamos tiempo debatiendo.
- FRENAR CON ARGUMENTOS. Poner un freno con argumentos y comentarios centrados en el tema. Esto es muy útil, sobre todo, cuando tenemos que presentar un tema. Si estamos bien preparados, con datos, números, estadísticas e información fidedigna ningún sabelotodo podrá emitir comentario.
- JUGAR CON EL SENTIDO DEL HUMOR. Ideal para no darle lugar a las interrupciones y desactivarlas. Utilizar frases cortas y claras. ¿Ejemplo? “Momento, llegó el turno del catedrático, jajaja”. Y la frase siguiente elegir un comentario para suavizar: “Gracias, Juan. Después lo vemos”.
- PREGUNTAR. Al momento de la opinión del sabelotodo establecer varias preguntas puntuales sobre lo que intenta explicar. Una tras otra. Llegará un momento en el cual el sabelotodo se quede sin respuestas.
- INTENTAR SER COMPRENSIBLES. Sabemos que es irritante, pero en general estas acciones esconden falta de confianza e inseguridad. Ser empáticos es una forma de mitigar el impacto y con el correr del tiempo desactivar estas actitudes.
No cabe duda de que tratar con personas sabelotodo pone a prueba nuestra paciencia. Es un ejercicio diario que demuestra nuestra inteligencia emocional, nuestro poder de comunicación y la empatía con el grupo con el cual nos relacionamos. Y, por último, seamos conscientes que quizás a veces nosotros también podemos pecar un poco de “sabelotodo” (más si es un tema que dominamos). Por eso, es clave mirar también nuestras actitudes, ver qué pasa a nuestro alrededor y practicar la escucha atenta.