Cómo adoptar esta forma de vida.
ATENCIÓN PLENA
Si decimos atención plena para muchos puede sonar un poco abstracto e impracticable. ¿Cómo, cuándo? ¿Cómo instaurar esta disciplina y forma de vida? Según explica el especialista, el objetivo es llevar la práctica del mindfulness a la vida cotidiana, entendiendo que es algo que se encuentra en nuestro interior y que lo único que tenemos que hacer es reconocerlo. Es estar presentes, estableciendo contacto con nuestra vida, observar las cosas en forma desapasionada y contemplarlas tal y como son suspendiendo los juicios hacia nosotros mismos y los demás.
Para incorporarlo a nuestro modo de vida es necesario estar guiado por un profesional y realizar un curso. “El curso más tradicional es un programa de 8 semanas para disminuir el estrés, la ansiedad, el pánico, la depresión y el dolor crónico y está dirigido a cualquier persona sin conocimientos previos que tenga como objetivo lograr una vida más sana, tranquila y compasiva”, explica Lombardi. En definitiva, la tranquilidad y el bienestar que buscamos todos.
Los programas tienen los siguientes puntos en común: entender la causa de nuestro sufrimiento, la fisiología del estrés, la reacción al estrés, estrategias de afrontamiento, los efectos de la percepción, las emociones predominantes, los tipos de comunicación y los hábitos generales de nuestra salud. Se realizan ejercicios de mindfulness para focalizar la atención, meditación y movimientos sencillos de yoga.
El mindfulness se puede practicar por cualquier persona sin límites de edad, no tiene requisitos previos, es una terapia psicoeducativa, orientado a aquellos que quieran experimentar una nueva forma de vivir. Se trabaja con prácticas formales como meditación, respiración, afirmaciones positivas y yoga, y prácticas informales que no es más ni menos que llevar los conocimientos adquiridos a cada momento y en todo lugar de nuestra vida diaria. “Disfrutar el momento presente y trabajar para una vida satisfactoria en todos los niveles: salud, relaciones, finanzas, espiritualidad y contribución”, afirma Lombardi.
BENEFICIOS
¿Para qué sirve el Mindfulness? Como primera medida tenemos que decir que la práctica del mindfulness implica una mayor amabilidad con nosotros mismos y eso, claro está, repercute en los demás. Su práctica se observa 3 ámbitos:
BIENESTAR PERSONAL: Si nos prestamos atención, nos vamos a cuidar más y vamos a estar mejor. Prestar atención a lo que hacemos lleva a que hagamos más cosas que nos sientan bien y menos de las que nos sientan mal. Y eso, al final, va a llevarnos a un mayor bienestar.
EFICACIA PERSONAL. Tiene que ver con la capacidad de concentrarnos, de saber gestionar bien nuestro tiempo, de tomar buenas decisiones. “Estas son habilidades de tipo profesional que tienen que ver con el ser y el saber estar. Es más funcional para las escuelas de negocios y organizaciones, donde se va introduciendo el Mindfulness en programas de liderazgo y de habilidades personales que se hace a medida. Estos beneficios están más enfocados al rendimiento laboral e intelectual”, explica Lombardi.
RELACIONES INTERPERSONALES. Como ya dijimos, la práctica de Mindfulness implica una mayor amabilidad con uno mismo y eso se nota también con los demás. “Hemos medido que también baja la agresividad, se fomenta la empatía y la compasión, y esto es muy transformador en las personas”, argumenta Lombardi.
Entre los beneficios concretos se destacan:
- Ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y la depresión
- Colabora para mejorar los problemas de insomnio
- Ayuda a cuidar y proteger el cerebro
- Rápida detección de sensaciones negativas
- Mejora la concentración
- Mejora las relaciones interpersonales y el control emocional
- Favorece la creatividad y mejora la memoria de trabajo
MINDFUL EATING“La atención plena es la capacidad de prestar plena atención y conciencia a la propia experiencia, en el momento, sin juzgar. Mindful Eating trae la atención plena a la elección de los alimentos y la experiencia de comer. La alimentación consciente nos ayuda a tomar conciencia de nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas relacionadas con la alimentación, volviendo a conectarnos con nuestra sabiduría interior innata sobre el hambre y la saciedad”, explica Lombardi.
Lo cierto es que en la vorágine del día a día comemos a las apuradas, mientras trabajamos o miramos redes sociales y sin armar una propuesta saludable. Por eso, es preciso darle al espacio de la alimentación lo que requiere. Algunos consejos:
- Sentarnos en un lugar cómodo
- Dejar afuera la tecnología y otras distracciones
- Concentrarnos en la comida: colores, texturas, aromas
- Masticar despacio y saborear
Más información: www.asociacionmindfulness.com.ar / www.reikiargentina.org