¿Por qué nos pasa? ¿Qué podemos hacer?
¿Qué significa abrumado? ABRUMAR, viene del vocablo ‘AD’, que expresa proximidad, cercanía; y de ‘BRUMA’, que significa niebla, algo que enturbia la claridad de la visión y además refiere al solsticio de invierno, el día más corto del año, día de mayor oscuridad. A su vez BRUMA tiene su origen griego en la palabra “BROMA”, que designa a un molusco que se alimentaba de la madera y carcomía los buques (en el siglo XVI), el agua se introducía por las galerías abiertas por los moluscos y el buque era más pesado y lento en la navegación, mucho más difícil de maniobrar. “Así, podríamos encontrar dos vertientes que suponen significaciones psicológicas distintas respecto del ABRUMAR. Una que nos lleva a reflexionar a la pérdida de claridad (ligada a la significación de bruma) refiriéndose al hecho de que el sujeto no puede pensar con claridad, se encuentra desconcertado. La otra vertiente apunta al abrumar como oprimir, agobiar con grave peso. Preocuparse en exceso, sentir agotamiento, hacer que alguien no sepa cómo reaccionar, esta vertiente se refiere al ABRUMAR con relación al peso, al exceso (desde su origen en la palabra BROMA)”, argumenta la especialista.
ÉPOCA Y CONTEXTO
Cada época produce diferentes malestares. La pandemia puso sobre el tapete el tema de la incertidumbre y la indefensión del ser humano. Por lo súbito, inesperado, extendido en el tiempo y por la dificultad para encontrar representaciones adecuadas la pandemia puede considerarse un hecho traumático colectivo. Para la especialista, además, en esta época que habitamos donde los tiempos son vertiginosos, se imponen exigencias tales como éxito, productividad, belleza, juventud, conexión continua, etc. Lo inmediato del ciberespacio y la virtualidad impone un TODO o un YA absoluto. Y este imperativo, en tanto mandato social que viene del otro puede generar esa sensación de estar abrumados que hace que no podamos tener claridad en cuanto a nuestro deseo y que se nos genera un exceso de demanda imposible de responder; el peso de lo arrasador que se nos impone. Así aparecen demandas y exigencias externas sin cortes e imposibles de cumplir. Por eso, para Cabaleiro es necesario habilitar para nosotros un espacio que nos permita orientarnos, aliviarnos. Y, según explica, el encuentro analítico ofrece la posibilidad de detenerse en estos tiempos vertiginosos dando la posibilidad de pensarse y cuestionarse, haciendo un recorrido por la historia singular de nosotros, otorgando palabras y dando otro sentido a ese “estar abrumados”.