Qué hacer en la conducción nocturna.
NUESTROS CICLOS CIRCADIANOS
¿Qué es el ciclo o ritmo circadiano? Ni más ni menos que nuestro reloj biológico que nos permite vivir de acuerdo con los ciclos de la naturaleza (día y noche). Este ciclo se reproduce cada 24 horas y allí se concentran el sueño-vigilia, alimentación, horas laborales, descanso, etc. En definitiva, nuestro día completo.
En los viajes donde se traspasan varios husos horarios o en trabajos donde se rotan los turnos, nuestro reloj biológico se desfasa y esto repercute en nuestra salud con alteraciones como cansancio, insomnio, fatiga, irritabilidad y cefalea, o el conocido jet lag en viajes intercontinentales.
Ahora nos preguntamos: ¿qué pasa con estos ciclos frente a la conducción de noche? Puede aparecer el cansancio, un estado psicofísico al cual debemos prestarle mucha atención. Cuando comienza a aparecer el cansancio, los conductores debemos tomar acciones para sortear situaciones de peligro e impedir la fatiga y sueño al volante. Además, debemos evitar ciertas circunstancias que predisponen que aparezca el cansancio. Entre ellas:
- Conducir después de una jornada prolongada de trabajo.
- Manejar durante un trayecto largo sin descansar.
- Condiciones de manejo nocturno.
- Ingerir altas dosis de cafeína.
En estas situaciones el cuerpo siente el cansancio, pero creemos que podemos soportarlo y que no impacta en las conductas ni en los reflejos. Grave error. El cansancio impacta y mucho. Durante el manejo hay diferentes fases de cansancio y diferentes riesgos:
Primera fase: Se manifiesta desinterés e incomodidad, se comienza a perder la capacidad de reacción y visión periférica. El conductor suele intentar una conversación o escuchar música.
Segunda fase: Aparecen los primeros bostezos, el conductor se toca la cara y el cuello con la mano. Se hace más fuerte el deseo de dormir, los párpados quieren cerrarse, se empieza nublar la vista y el conductor comienza a desorientarse. No logra mantener una conversación y la música no la escucha con atención.
Tercera fase: Se incrementa la visión borrosa, los músculos se relajan y el conductor comienza a cabecear. Las ganas de dormir son más fuertes y hay una lucha por permanecer despierto. La desconcentración es total y las posibilidades de tener un accidente son muy altas.
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
Sabiendo cómo impacta el cansancio y conociendo nuestro reloj circadiano hay ciertas pautas que tenemos que llevar adelante:
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- Respetar los horarios de trabajo y de descanso, comer liviano y evitar la conducción nocturna –especialmente en la franja de 2 a 5 de la mañana– para mantener los sentidos bien atentos.
- Evitar la mirada directa a las luces de los autos que vienen de frente; desviarla levemente a la derecha puede mejorar la falta de visión y la fatiga. El encandilamiento de las luces del tráfico de frente reduce la visibilidad.
- Saber que la visibilidad se reduce notablemente de noche, especialmente si nos encontramos en la ruta un objeto oscuro como un animal muerto, una bicicleta o si un animal se cruza de repente. En estos casos, el tiempo de reacción queda afectado directamente por la falta de visibilidad.
- Evitar el consumo de alimentos y bebidas mientras se conduce porque afecta a la concentración y un pequeño accidente como que se nos vuelque la bebida podría causar un gran accidente.
- Hay que recordar siempre que el viaje debe ser placentero, que las horas planificadas pueden verse alteradas por paradas o por el tránsito y que ese tiempo perdido no debe recuperarse mientras se conduce.
¿Cuáles son los principales peligros del manejo nocturno? Sin duda, la escasa visibilidad (clave contar con buena iluminación del vehículo) y el cansancio que afecta nuestros sentidos y capacidad de reacción. Estemos atentos y viajemos seguros. Fuente: https://www.cesvicolombia.com/ y Pablo Piolo, supervisor de Prevención de Experta Seguros.