Te contamos todo lo que tenés que saber sobre esta gran disciplina artística.
Esta disciplina que puede ser practicada por personas desde los 5 años en adelante, no solo es un hobby artístico sino que encierra un montón de beneficios para la salud y es aplicada en diversos ámbitos de la vida. Gracias a la masificación del uso de Internet donde aparecen diagramas o tutoriales para hacer figuras simples conseguidas con plegado de papel, y sus múltiples usos, el origami se ha convertido en un gran boom en la actualidad. “En la educación, la Argentina fue pionera en Latinoamérica en el uso del origami en el aula de clase. En la arquitectura, hay desarrollos de estructuras que parten del origami, para conseguir cúpulas, por ejemplo. En la moda también se aplica: hay vestidos hechos con papel, pero también en tela, empleando la técnica del origami. En la ciencia y en la medicina, se aplican estructuras de origami que permiten por ejemplo reducir el tamaño por medio de los pliegues a estructuras que luego se abren, como los airbags de los automotores o espejos de satélites que están en órbita en nuestro planeta. Dentro del campo de la cirugía cardiovascular, se han diseñado dispositivos con forma de muelle que ayudan a corregir el estrechamiento de las arterias.”, detallan desde la Comisión Directiva de la Asociación para explicar algunos de los usos.
SINÓNIMO DE BIENESTAR
Como vimos el origami es mucho más que una disciplina artística y sus usos y beneficios son muchos. En cuanto a la salud, tiene profundos efectos terapéuticos y brinda bienestar. Según explican desde la Asociación la práctica de esta disciplina ayuda a potenciar la memoria y la construcción de secuencias, fundamental para el conocimiento tanto en niños como adultos mayores. Además, tiene aplicaciones en el tratamiento de varios padecimientos subjetivos como la ansiedad y los trastornos en el estado del ánimo. “Dentro de sus beneficios está la estimulación de la creatividad y la imaginación; la mejora en la coordinación y la motricidad fina por lo cual se utiliza en rehabilitación motora y terapia ocupacional. También desarrolla la lógica espacial y de secuencias, motivo por el cual es utilizado en educación por las docentes en matemática. Como si fuera poco trabaja la autoestima, la introspección y la comunicación con otros; estimula la curiosidad en los niños, y mejora el sentido de logro y la autosatisfacción a corto plazo”, enumeran desde la Comisión Directiva de la Asociación.
Por último, señalan que se utiliza con regularidad en adultos mayores para mejorar la memoria, y en niños para estimular la concentración. También en pacientes internados o en tratamientos de dolor crónico y paliativo, por el alivio que la creación y el juego proveen.
Para más información visitar la página de la Asociación Origami Argentina.
TIPS PARA EMPEZAR A PRACTICAR
- Trabajar sobre una superficie lisa, dura y ordenada.
- Utilizar buen material para plegar. Un papel que funciona bien es el afiche de 56 o 75 gramos. Solo hay que cortarlo en cuadrados perfectos.
- Comenzar con piezas más simples, para poder llegar a entender cómo funcionan los pliegues, e ir avanzando paulatinamente hacia piezas más complejas.
- Plegar tratando de ser bien exactos en los primero pliegues, ya que de ello dependerá la perfección del resultado.
- Y paciencia. La práctica es el único camino.
LAS GRULLAS: HISTORIA MILENARIA
Existe una antigua leyenda en Japón, “Senbazuru”, que dice que a cualquier persona que haga 1.000 grullas de papel le será concedido un deseo. Las mil grullas de origami se convirtieron en un símbolo de la paz a causa de la historia de Sadako Sasaki (1943-1955), una niña japonesa que deseó curarse de su enfermedad producida por la radiación de la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima. Tras el consejo de su amiga Chizuko, y mientras estaba en el hospital, decidió que haría 1.000 grullas de papel. Pensó que su deseo no sólo sería para curarse, sino también para que todo el mundo pudiera vivir en paz y no hubiera más guerras. Sadako no pudo superar su enfermedad y tampoco acabó de hacer todas las grullas (tuvo que detenerse en la 644). Pero Chizuko y muchos otros amigos llegaron a hacer las 1.000 grullas, que de esta forma, se convirtieron en un símbolo de la paz en todo el mundo.
Fuente: Fundación Mutua de Catalunya.