Clave en los equipos de trabajo y en la vida.
EQUIPOS Y ACUERDOS
Para Casey los equipos que trabajan para conseguir un objetivo, orientados a resultados, a veces tironeados por los vaivenes de mercado y exigidos desde diversos frentes, necesitan llegar a acuerdos para que el clima de trabajo sea favorable y todo lo demás funcione. Para ello, es importante habilitar la posibilidad de expresarse, solicitar opinar, brindar información, aclarar o advertir cuando está costando llegar a un acuerdo o cuando un viejo acuerdo deja de estar vigente. Como dijimos antes, la clave para logarlo está en la comunicación abierta, sincera, pertinente, prudente y respetuosa.
Ahora bien: ¿absolutamente todo se debe acordar en los equipos? Acá la especialista toma postura clara y afirma que es un error creer que todo se debe acodar; que todas las decisiones se toman de forma democrática. “En ocasiones, hay un camino ya trazado de antemano que no da lugar a mucho debate. También puede suceder que en determinadas circunstancias de urgente resolución no se puede –por falta de tiempo– dedicar un espacio al diálogo que conduzca a un acuerdo”, argumenta. Por eso, hay que diferenciar cuándo se puede acordar, qué cosas ya están definidas y en caso de necesitar nuevos acuerdos, estos se deberán planificar con tiempo. Y por supuesto, esto resultará saludable para los equipos.
A su vez hay que tener presente que en el ámbito laboral es fundamental tener acuerdos honestos. “No hay equipo sin acuerdos ya que cada acuerdo es un tejido que permite entrelazar mundos diversos para ir fortaleciendo lazos y sembrando para facilitar futuros acuerdos en contextos que puedan ser más críticos, inciertos o ambiguos que el actual. De algún modo el ejercicio de acordar, negociar y dialogar como adultos facilita la construcción de equipos fuertes y de alto desempeño”, asegura Casey.
También hay que ser claros sobre un punto: a veces no se llega a un acuerdo y eso no es necesariamente malo. El tema está cuando en un grupo de personas nunca se puede acordar. En este caso, es posible que no estemos frente a un equipo y que falte desarrollar la base, la materia prima (las habilidades comunicacionales) que nos conduzca en un futuro a lograrlo.
EL CAMINO PARA ACORDAR
¿Cómo lograr y establecer acuerdos sin perjudicar a nadie? Según explica Casey, tomar en cuenta los intereses y expectativas de los demás, así como los propios es fundamental para llegar a acuerdos que puedan ser beneficiosos para ambas partes. También hay que saber que no siempre la torta se reparte en porciones iguales, ni toda negociación es un “win-win” o un “ganar-ganar”, por lo que resulta positivo reconocerlo, analizarlo y comunicarlo adecuadamente asumiendo los costos de que alguien pueda no sentirse totalmente a gusto con el acuerdo logrado. “En definitiva, en todo acuerdo hay alguien o varios que ceden una parte de su verdad o su conveniencia, lo que no debería implicar un perjuicio, pero sí un aprendizaje que involucre mayor foco en lo colectivo que en lo individual”, concluye.