IMPUNTUALIDAD

IMPUNTUALIDAD

Calidad de Vida  -  24/09/2024

Analizamos este rasgo de las personas.

¿Sos de los que siempre llega tarde a todos lados? ¿En cada ocasión una excusa se presenta?¿Todos te tienen que esperar? ¿Nunca llegás a horario? Tenemos una noticia que puede alegrarte, al menos, una vez al año. Cada 5 de septiembre se celebra el “Día de llegar tarde: aunque parezca un chiste, este día existe, fue creado por el Club de Procrastinadores de América y fundado por Les Waas en 1956*. ¿Por qué se festeja el día de llegar tarde? ¿Qué buscan con la celebración? Simple: que los procrastinadores tengan un día más tranquilo sin tener que correr para llegar a todos lados. Por eso, si sos de los impuntuales el 5 de septiembre podés tomártelo a tu propio ritmo y permitirte dormir un ratito más, charlar con alguien por teléfono un largo rato o preparate sin prisa, pero sin pausa. ¡Y aprovechar este día para divertirte! Un día en el que podés usar “tu defecto” a tu favor. 

Claro que este día simpático, es solo un día y la impuntualidad esconde muchas cuestiones que hay que trabajar. Es importante aprender a gestionar nuestro tiempo y evitar que este rasgo impacte en nuestros vínculos, en nuestros trabajos y, en definitiva, repercuta en nuestras emociones generando ansiedad, estrés, etc.


QUÉ ESCONDE LA IMPUNTUALIDAD

¿Qué hay detrás de una persona impuntual? ¿Qué refleja la impuntualidad? Según explica Maximiliano Bon, psicoanalista de la institución Fernando Ulloa, ser impuntual no remite a un trastorno de la personalidad específico, tampoco es algo que venga determinado genéticamente. Sí se puede decir que son conductas y pensamientos que se han tejido desde nuestros primeros pasos por la infancia: son hábitos y rasgos muy arraigados que se han aprendido, sobre todo, dentro de la familia. “Comprender que es un hábito y que responde a un rasgo de la personalidad, nos da las bases para poder transformar eso nuclear constituido que forma parte de nuestra manera de ser en el mundo”, explica.

Un hábito es un conjunto de conductas y pensamientos que se repiten sin cuestionarlos, salvo cuando este comienza a irrumpir en las diferentes áreas de la vida cotidiana. Por ejemplo, ingresar más tarde al trabajo adjudicando dicho retraso al tránsito o a diversas cuestiones externas. O en un evento social –sea laboral, familiar o con amigos– se acude tardíamente dando por sentado que los demás ya saben cómo somos y bajo esta justificación nos convencemos de que es raro que alguien se enoje con nosotros. “Las justificaciones son variadas y los ejemplos pueden ser interminables, pero hay algo en común y tiene que ver con una forma peculiar de percibir el tiempo en la mayoría de las personas impuntuales: se puede dar cuenta que son conductas aprendidas que se han cristalizado en hábitos. Es decir, responder de la misma manera frente a situaciones similares. Algunos individuos son así siempre, porque la única forma de responder a un compromiso es la que fue aprendida y reforzada a medida que han pasado los años. Por ello los minutos, horas y los días no tienen la misma duración temporal para todos”, argumenta el especialista.

También explica que el ser impuntual a veces puede indicar un rasgo dentro de un trastorno de estrés, ansiedad y en casos más acusados, puede enmarcar una depresión. “Es muy importante aclarar que el estrés, la ansiedad y la depresión no son conceptos sueltos, uno condiciona y da lugar al otro; es un círculo vicioso que se retroalimenta”, argumenta. Otro factor frecuente relacionado a la impuntualidad podría ser la falta de estima en uno mismo, donde mediante la impuntualidad se busca la mirada ajena para validar nuestro ser y estar en el mundo, aunque en el grupo se generen reacciones adversas, como puede ser la falta de respeto y el desinterés. El miedo al compromiso es otra cuestión para mencionar. El compromiso no solo implica una relación de pareja o de amistad, también puede ser en el ámbito profesional donde la persona crea cierta muralla emocional con el fin de mantener una distancia para con los demás. Y hablando de distancias se puede incluir a aquellos sujetos que se alejan de las normas creando sus propias reglas: “yo llego a la hora que quiero, si no les gusta que esperen”, etc.

Por último, el especialista señala al uso excesivo de la tecnología como un factor que en esta última década ha provocado serias interferencias en el manejo del tiempo.


CONSEJOS PARA SER PUNTUAL

Para el especialista, el primer paso para el cambio es poder tomar conciencia y asumir el problema que acarrea la impuntualidad, ya sea, en el lazo con los otros y para con nosotros mismos. Ningún rasgo, hábito, conducta o pensamiento puede ser transformado en algo saludable sino promovemos y favorecemos un camino alternativo para que se produzca un cambio. Para que esto se logre con éxito es indispensable involucrarnos y cuestionarnos para derribar malos hábitos. No es fácil modificar patrones de comportamientos cuando se ha respondido así durante muchos años. Para impulsar el cambio, Bon propone unos ejercicios que pueden ayudarnos a organizar y planificar de manera óptima el día a día:

  1. Hacer una lista día por día con cada una de nuestras actividades y allí colocar el tiempo que le vamos a destinar a cada una. Por ejemplo, de 8 a 9 horas ir al gimnasio, de 9 a 9:30 horas prepararse para ir al trabajo y así sucesivamente. La idea es que no queden intervalos temporales en blanco porque con este ejercicio queremos realizar mini compromisos. 
  2. Ligado al punto anterior, es recomendable para que nuestro cronograma sea más eficaz, colocar una alarma en el celular para que nos recuerde que ha finalizado el objetivo. 
  3. Ir a dormir a la noche y levantarse a la mañana siempre en el mismo horario. Esto se puede incluir en la plantificación diaria. No es fácil acostarse y levantarse a una hora específica, pero es cuestión de tiempo. En la medida que estas conductas se repiten y se sostienen empiezan a formar parte de un nuevo hábito.
  4. Priorizar aquellas cosas que no podemos dejar de hacer en el día. Si detectamos algunas de ellas en demasía, hay que tratar de distribuirlas para el resto de la semana. Esto baja los niveles de estrés y ansiedad. 
  5. No comprometerse con lo que no podemos cumplir. Si evaluamos en que esto podría significar llegar tarde o tenemos otras cuestiones prioritarias a resolver, hay que aprender a decir “No”. 
  6. Para aquellas personas que en la mañana se les dificulta salir a horario, lo mejor es bañarse por las noches, dejar la ropa lista y todo aquello que agilice el inicio del día al despertar. Si se desea ver el noticiero o ingresar a las redes sociales, intentar hacerlo camino al trabajo o durante el trayecto al encuentro con algún amigo. Tratar de responder solo aquellos mensajes que consideremos urgentes. El intercambio de mensajes consume un tiempo que escapa a nuestro control y cuando queremos darnos cuenta se nos pasó el tiempo para prepararnos y salir.
  7. Por último, cuando la impuntualidad forma parte de un síntoma y de un trastorno que no permite llevar adelante la vida con normalidad, es importante acudir a un profesional de la salud mental. Todo aquello que vamos postergando se va volviendo crónico produciendo un malestar subjetivo que va in crescendo.

*Fuente: Calendarr.com 

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