¿Por qué manejamos tan nerviosos?
TIPS PARA BAJAR UN CAMBIO
Ante esta realidad que enfrentamos actualmente, ¿cómo bajar los decibles, manejar más tranquilos y evitar el estrés que puede llevarnos a malas situaciones? Bon explica que siempre estamos esperando que los demás cambien, que conduzcan mejor y respeten las normas, pero esas expectativas nos frustran y nos enojan. “Me parece clave señalar que con el auto también comunicamos, esto incluye desde un guiño de luces, un bocinazo, una maniobra. Por eso, si podemos apropiarnos y utilizar esto como un lenguaje podríamos transformar el caos vehicular en un espacio armonioso para todos”, afirma.
Por supuesto, sabemos que existen normas, señalizaciones y todo un entramado de regulaciones que se pasan por alto a la hora de conducir, pero implicarnos y comprometernos de manera activa va más allá de lo normativo y de las reacciones de los demás. “Si nos pudiéramos percatar de esto, bajaría el nivel de impulsividad, agresividad y de impaciencia que va gestando un gran monto de estrés, el cual llevamos a nuestras casas en forma de mal humor para quienes nos esperan después de un largo día”, argumenta el especialista y comparte algunas sugerencias a la hora de manejar:
-
- Tener el interior del auto ordenado e incluso colocar algún aromatizante, nos predispone de otra manera.
- Una correcta postura y estar cómodos en el asiento genera una sensación placentera. Evitar también aferrarnos al volante de manera rígida y aprensiva.
- Colocar música dentro del habitáculo con un volumen moderado, sin que interfiera sobre nuestros sentidos, propicia una atmósfera más calma. Es clave mantener el volumen musical moderado para no interferir con la atención y la concentración con el exterior.
- Prepararse y salir con tiempo, sobre todo, si sabemos que el trayecto hacia el lugar de destino puede estar congestionado.
- Si tenemos programados varios viajes en el día o si los viajes son largos, podemos estacionarnos por unos momentos y optar por caminar unos metros. Muchas veces bajar del auto por un breve periodo de tiempo favorece notablemente el rendimiento físico y mental.
- La utilización del celular disminuye nuestras facultades mentales, por ello se debe evitar responder mensajes o realizar llamadas durante la conducción. Manejar un auto y un celular a la vez pone en peligro la vida de los demás y la propia, pero también es el combo perfecto para acrecentar los niveles de estrés y ansiedad al conducir.
- Comenzar por tomar la iniciativa en ceder el paso, dejar de utilizar la bocina de manera indiscriminada, no sumarse en discusiones infértiles y registrar que somos parte del mismo escenario. Estas acciones nos invitan a trabajar más la tolerancia y la impulsividad.
- La paciencia y el saber esperar son cuestiones que no emergen espontáneamente. Es necesario empezar a cuestionarnos e identificar a aquellos comportamientos que tenemos naturalizados.
Mantener la calma al momento de manejar es clave. Sí tuvimos un día intenso laboralmente o un conflicto, mejor es no manejar. Ir estresados al volante puede provocar accidentes o un mal momento.
¿QUÉ ES EL ESTRÉS?
Como explica Bon, el estrés es una respuesta defensiva frente a aquello que percibimos, vivenciamos e interpretamos como amenazante, por cuestiones internas (preocupaciones, rumiaciones, expectativas y demás) y externas a nosotros (conflictos laborales y familiares). Cuando algún acontecimiento es experimentado como displacentero, allí puede asomarse cierta cuota de estrés y es esperable que se activen algunos recursos psíquicos para disminuir y descargar la tensión intrapsíquica suscitada. En otras palabras, el estrés en su justa medida actúa como defensa, promoviendo y restaurando el equilibrio perdido. Sin embargo, cuando vivimos en alerta constante la psiquis no puede descargar de manera efectiva las tensiones generadas y enfermamos. En este sentido, el estrés también es un precursor de ciertos cuadros clínicos en relación con nuestra salud física y mental (ansiedad, ataques de pánico, depresión y enfermedades psicosomáticas).