Un ejercicio válido para todos.
FUNCIONALMENTE PERFECTO
Su origen se remonta a Estados Unidos, donde se utilizó en sus comienzos como entrenamiento para fuerzas especiales. Sin embargo, luego se comprobó que iba muy bien en tratamientos de rehabilitación para pacientes que tenían que recuperar la movilidad perdida de alguna zona. Rápidamente se extendió y llegó a los gimnasios como una clase más de la grilla. También, es muy utilizado por entrenadores personales. Pero ojo: su práctica debe ser supervisada por un profesor que pueda marcar los ejercicios, corregir posturas y marcar el ritmo.
¿Beneficios del entrenamiento funcional? Como citamos arriba, mejora el equilibrio y coordinación, es una activad amena y, por lo tanto, fácil de sostener la continuidad tan necesaria. Se basa en patrones de movimiento de la vida diaria (sentadillas, por ejemplo), es adaptable a cualquier nivel, cada entrenamiento brinda un excelente gasto energético, se trabaja la fuerza y resistencia, mejora el rango de movilidad articular y la postura corporal.
¿Cuáles son los ejercicios de entrenamiento funcional? Cada entrenamiento funcional es muy dinámico y combina ejercicios con el peso del propio cuerpo y con materiales. Hay ejercicios con subidas y bajadas de steps o cajones; saltos, ejercicios con pesas, bandas elásticas, pelotas, etc. Entre los ejercicios con el propio peso están las sentadillas, flexiones, etc.
Se comienza en cada ejercicio con una serie de 10 repeticiones y se puede ir subiendo. Siempre es mejor hacer menos repeticiones, que más con una técnica incorrecta. Luego, se van sumando series hasta llegar a 3. Cómo en todo ejercicio físico es fundamental la entrada en calor y la elongación al finalizar.
Lo ideal es realizar este entrenamiento entre 2 a 3 veces por semana.