Nutrición, buenos hábitos y prácticas para mantenerla en forma.
QUÉ ES LA MEMORIA Y POR QUÉ ES IMPORTANTE CUIDARLA
La memoria se ha definido como la capacidad de registrar, retener y recordar información, eventos, vivencias personales, tareas para hacer, recados ya realizados, libros leídos y caras de personas conocidas entre otras cosas. Esta función psicológica resulta esencial dado que gran parte de las habilidades cognitivas dependen del éxito de almacenar información, además de permitir interactuar efectivamente con el entorno y con otros individuos.
Sabemos que el aprendizaje y la memoria acompañan a los seres humanos a lo largo de la vida y pueden afectarse a cualquier edad. Hoy también se sabe que existe más de una clase de memoria y se considera que no es una entidad unitaria. Se denomina memoria a la representación de un número separado de sistemas que interactúan entre sí y que tienen una función en común, que es la de hacer posible la utilización del conocimiento adquirido y retenido. Dentro de los cambios generales que experimentamos los individuos en el proceso de envejecimiento, uno de los que mayor efecto tiene es el que se produce en el ámbito de las funciones cognitivas. Y en este ámbito de cognición, la memoria es uno de los puntos que más preocupa. “La intervención en memoria es un campo amplio que emplea distintos medios para el incremento o mantenimiento de esta función para diversas áreas. Se puede dividir en rehabilitación, estimulación y entrenamiento. Desde el año 2018 INEBA lleva adelante un programa denominado “Mental Fit” destinado a personas sin alteraciones patológicas de la memoria con el objetivo de promover un entrenamiento cognitivo y un estilo de vida saludable” explica Feldberg.
CÓMO EJERCITARLA
Existe una amplia gama de propuestas para ejercitar la memoria, desde programas específicos como Mental Fit hasta plataformas y Apps informatizadas que permiten entrenar las funciones cognitivas. En líneas generales, es fundamental que la actividad elegida para entrenar la memoria cumpla con estos requisitos:
1- Que sean novedosas y desafiantes y lo más alejadas de los que suelen hacer tanto en el trabajo como en el tiempo libre, pero tiene que gustarnos. Solo aquellas actividades que nos gustan las sostenemos en el tiempo.
2– Proponerse una meta u objetivo. Es recomendable no establecer la barra demasiado alta y asegurarnos de controlar su progreso hacia lo que queremos logar. Cuando hayamos alcanzado la meta o sintamos que es hora de un cambio, revisar todo e intentar subir el nivel. Los objetivos pueden ir cambiando.
3- Sostenerla en el tiempo. Para sostenerla tiene que ser algo que nos guste. Por otro lado, no hay un acuerdo formal respecto de cuánto tiempo debemos ejercitar nuestro cerebro, pero en líneas generales cuando establezcamos nuestros objetivos, intentar definir algunas sesiones de entrenamiento cada semana.
4- Si es social, es mejor. Tal como ocurre con el ejercicio físico, el entrenamiento cognitivo puede ser más eficiente aun si se realiza con otras personas. Esto no solo lo hace más divertido, sino que también puede aumentar nuestro nivel de esfuerzo, y ayudarnos a superar barreras como el aburrimiento.
Con respecto a los hábitos generales que ayudan están la alimentación y la práctica actividad física. En cuanto a la alimentación, diversos estudios señalan los beneficios de la dieta MIND. La dieta MIND surgió como un híbrido de dos estilos de alimentación existentes respaldados por décadas de investigación: la dieta DASH y la dieta mediterránea. Los investigadores universitarios desarrollaron la dieta MIND para enfatizar los alimentos que impactan la salud cerebral. Entre sus características principales podemos citar:
- Frutas y verduras.
- Alimentos que contengan antioxidantes como frutillas, frambuesas, té verde, cacao amargo.
- Grasas saludables presentes en frutos secos: especialmente nueces, aceite de oliva, palta, almendras, aceite de coco.
- Cocinar (principalmente) con aceite de oliva.
- Reducir la ingesta de carnes rojas.
- Comer pescado, como mínimo, una vez a la semana.
En cuanto a la actividad física la profesional asegura que practicar deporte con regularidad tiene múltiples beneficios. “La actividad física moderada tiene efectos positivos en nuestra salud y ayuda a prevenir una larga lista de enfermedades que se asocian al sedentarismo. Realizar ejercicio aeróbico ayuda a estimular la neurogénesis, lo que pone de relieve que la actividad física podría: aumentar el flujo sanguíneo mejorando la utilización de oxígeno y glucosa e insulina, estimular el aumento de las interconexiones sinápticas, aumento del volumen hipocampo”, concluye.