EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

“La beca me tocó a mí, como le podría haber tocado a otro”.

“El ascenso fue solo una cuestión de suerte. Estaba en el lugar justo, en el momento adecuado”.

“Este proyecto fue gracias al trabajo de mi equipo; yo no tuve nada que ver”.

Estudiamos, trabajamos, nos esforzamos y las cosas nos salen bien. Sin embargo, creemos que todo es producto de la suerte o del destino. Que nada tienen que ver nuestra inteligencia y dedicación y que muy pronto todos se van a dar cuenta que no somos lo que creen y que no merecemos lo que tenemos. Este “sentimiento” tiene nombre y se llama: Síndrome del impostor, y según diferentes especialistas 7 de cada 10 personas lo han sufrido a lo largo de su vida. El término fue acuñado por primera vez en 1978 por la psicóloga Clínica Pauline Clance, quien aseguró haberlo sufrido ella en su etapa de colegio secundario. Cada vez que tenía un examen importante Clance sentía que había fallado. Que no estaba a la altura, a pesar de ser una muy buena alumna. Sus amigos comenzaron a cansarse de sus constantes preocupaciones, así que Clance decidió guardar esa sensación en su interior. Pero unos años más tarde cuando comenzó a enseñar empezó a escuchar que muchos alumnos que sacaban muy buenas notas se sentían igual a ella. Pero el click se produjo cuando un alumno se acercó a ella y le dijo: “me siento un impostor ante toda esta gente brillante”. Fue en ese momento cuando junto a la Dra. Suzanne Imes decidió escribir un ensayo para hablar sobre Impostor Phenomenon (IP). La mayoría de las personas que experimentan el (IP) no van a decir “Me siento un impostor”, pero sin embargo cuando leen el ensayo dicen “¿Cómo pueden saber exactamente cómo me siento?”. Según reza el ensayo quienes sufren este síndrome, más allá de que a menudo son muy exitosos para los estándares externos, sienten que su éxito se debe a una misteriosa casualidad o suerte. Temen que sus logros se deban a ciertos “breaks” y no a sus habilidades y competencias. Y también están bastantes seguros, que al menos que hagan esfuerzos gigantescos, el éxito no se repetirá.

NUNCA ESTAR A LA ALTURA

Otra de las personas que más trabajó y trabaja el tema es la doctora Valerie Young, quien también en su época de estudiante se vio reflejada con el “Impostor Phenomenon”. Desde ese momento volcó su carrera a esta temática, escribiendo libros, dando charlas TED y mucho más.

Young estableció posibles causas que pueden estar ligadas a este síndrome: dinámicas familiares en la infancia (hermano inteligente y vos la simpática, por ejemplo); estereotipos sexuales (si bien el IP es igual de frecuente en hombres y mujeres, hasta hace poco se creía que era principalmente femenino por los mensajes de éxito y fracaso de la sociedad, presión por ser madre y profesional exitosa, etc.); diferencias salariales y percepción de éxito, fracaso y competencia (personas muy exigentes con ellas mismas con una amplia lista de requisitos imposibles de cumplir).

Este síndrome también puede afectar el desarrollo de la carrera profesional, ya que quienes lo sufren no suelen correr riesgos, no se atreven a pedir un ascenso, por ejemplo, y en ocasiones trabajan por debajo de su potencial.

CONSEJOS PARA LIDIAR CON ÉL Y PONERLE FIN

Según Young, la única manera de dejar se sentirnos como impostores es dejar de pensar como un impostor.

1. Romper el silencio. Al hablar de él sabremos que no somos los únicos.
2. Separar los sentimientos de la realidad. A veces podemos sentirnos “tontos” y no a gusto con nosotros, pero no quiere decir que esto sea una realidad.
3. Acentuar lo positivo. Destacar lo que hacemos bien, es una forma de asegurarnos que no somos farsantes.
4. Visualizar el éxito. La estrategia que aplican los deportistas. Imaginarse en el momento de éxito.
5. Recompensarnos. Darnos esa palmadita diaria.

Fuente:

https://paulineroseclance.com/

https://impostorsyndrome.com/