DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES

El 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes, una iniciativa anual que busca minimizar el impacto de esta enfermedad.

 

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 422 millones de adultos en el mundo padecían en 2014 diabetes, frente a los 108 millones de 1980. En 2012 la diabetes provocó la muerte de 1.5 millones de personas. Una realidad mundial preocupante, a la cual claramente la Argentina no es ajena. Los resultados de las tres últimas encuestas de Factores de Riesgo implementadas por el Ministerio de Salud de la Nación muestran que en el período 2005-2013 la diabetes en población adulta aumentó del 8,5 al 9,8%. Ante este escenario, todos los años, el 14 de noviembre, la OMS, federaciones de diabetes y organismos, ponen en agenda el tema con la celebración del Día Mundial de la Diabetes. “Con estas acciones se logra dar a conocer la enfermedad, disminuir el subdiagnóstico de diabetes (1 de cada 2 personas que actualmente viven con diabetes no está diagnosticada) y educar a los pacientes diabéticos”, explica la doctora María Pía Lozano Bullrich, Coordinadora Interina del Servicio de Endocrinología del Hospital Alemán, institución que realizará una actividad abierta a la comunidad en el marco del Día Mundial de la Diabetes.

 

UNA ENFERMEDAD DE CUIDADO

La diabetes es una enfermedad metabólica, crónica y progresiva. Hay dos principales tipos: la diabetes tipo 1 (5-10%) y la diabetes tipo 2 (90-95%), esta última relacionada con los antecedentes familiares, el mal hábito alimentario, el sedentarismo y la obesidad. “La diabetes se caracteriza por presentar un aumento de los niveles de glucosa (azúcar) en sangre, resultante de una disminución marcada en la secreción de la insulina (diabetes tipo 1) o la alteración en la acción de la insulina, llamada insulinorresistencia (diabetes tipo 2). Hay que saber que la insulina es necesaria para que el organismo pueda utilizar el azúcar, combustible esencial para las células, ya que la transporta desde la sangre a las células. Cuando hay insulinorresistencia las células no responden a la insulina (a pesar de que haya una buena cantidad en la sangre), es decir, que no incorporan el azúcar al interior de las células y como consecuencia se acumula glucosa en la sangre. La hiperglucemia es una de las principales causas de muchas de las complicaciones que sufren las personas con diabetes”, explica Lozano Bullrich.

 

LA PREVENCIÓN: EL MEJOR CAMINO

Esta enfermedad generalmente no produce síntomas (si bien hay ciertos indicadores que pueden ser sugestivos de diabetes, como el aumento de sed y apetito, y la cantidad de orina; o la pérdida de peso) y se diagnóstica fácilmente con un examen de sangre. Es por eso, que es muy importante poner la prevención como herramienta fundamental en esta batalla. Incluso a sabiendas que la diabetes tipo 2 tiene una alta predisposición genética. “Dado que actualmente no podemos modificar los genes, la forma más efectiva de prevenir la diabetes tipo 2 y sus complicaciones es modificar los factores de riesgo vinculados con estilo de vida no saludable. Por lo tanto, las claves para prevenir o retrasar la aparición de diabetes tipo 2 son mantener un peso adecuado, es decir evitar el sobrepeso y la obesidad; tener una alimentación variada y fraccionada (con reducción de grasas totales y control de la calidad de éstas, disminución de la ingesta de azúcares simples y aumento del consumo de fibra en la alimentación); realizar 150 minutos de actividad física por semana, y evitar el consumo de alcohol y tabaco”, aconseja la profesional.  Y agrega que diferentes estudios han demostrado que este tipo de acciones saludables reducen hasta en un 58% el desarrollo de diabetes tipo 2 en personas con alto riesgo.

Por último, Lozano Bullrich aclara que si bien el tratamiento de la enfermedad deber ser individualizado, existen 4 pilares sobre los que se pone el foco: alimentación saludable, actividad física, medicación y educación.