Una metodología de innovación que resuelve problemas.
Según cuenta Figueiredo, esta metodología tiene algunas reglas que debemos seguir, para poder lograr la actitud correcta:
- No lo digas, mostralo. Para comunicar nuestra visión tenemos que contar buenas historias y, principalmente, mostrar nuestras ideas. Para eso, podemos usar un dibujo, una maqueta, un prototipo… lo que nos sirva para que la idea se vuelva lo más tangible posible.
- Colaboración radical. Necesitamos equipos diversos para lograr ideas realmente creativas. Por eso, el design thinking nos pide que armemos equipos de personas realmente distintas entre sí: diferentes edades, disciplinas, seniority, expertise y puntos de vista. Así podremos innovar con ideas más radicales.
- Estar conscientes del proceso. Hay pasos que debemos respetar y cada momento tiene consignas claras y ejercicios que debemos realizar para arribar a un buen puerto.
- Cultura de prototipos. Es obligatorio hacer prototipos. Es la manera de validar nuestras ideas y parte fundamental del proceso de innovación.
- Actuar, antes que nada. Ni más ni menos que poner “las manos en la masa”.
5 PASOS FUNDAMENTALES – DESING THINKING, ETAPAS
Una vez logrado este mindset o actitud creativa, solo queda seguir los 5 pasos que la metodología de Design Thinking nos propone:
PASO 1: EMPATIZAR. Tenemos que entender realmente a quien tiene el problema, conociendo a nuestros usuarios y usuarias y realmente preocupándonos por sus vidas. Sentir lo que nuestro usuario siente, entender lo que le pasa es la base real de este proceso. Para ser empáticos debemos observar, mirando a las/los usuarios y sus comportamientos en el contexto de sus vidas. Siempre es importante tratar de comprender primero, mirando desde el exterior, sin entrometerse, para poder entrar en el mundo de esa persona. Luego de observar, involucrarnos, conversar de distintas maneras, más estructuradas y menos estructuradas. Lo importante es cuestionar el por qué las personas hacen lo que hacen, para lograr una construcción profunda de la situación que estamos analizando.
La empatía nos pide que entendamos cuales son las necesidades físicas y emocionales de nuestros usuarios y usuarias y qué es importante para ellos y ellas.
PASO 2: DEFINIR. Solo si entendemos adecuadamente el problema vamos a poder crear la solución correcta para el mismo. Por eso, en la etapa de definición, vamos a buscar redefinir el problema en función de la observación empática que hicimos en la primera etapa. ¿Qué aprendimos de la observación del usuario y su contexto? ¿Cómo planteamos nuevamente nuestro desafío en función de este conocimiento?
El modo definición es crítico para el proceso de diseño ya que la meta de esta etapa es crear un “Point of View” (POV) que significa crear una declaración de problema viable y significativo y que será guía para resolverlo. Para esto, necesitaremos lograr insights que escribiremos para procesar y sintetizar la información que conseguimos. ¿Cómo lo conseguimos? Con conexiones entre lo que observamos; vamos a descubrir patrones racionales que nos explicarán un poco más el mundo de nuestro usuario.
PASO 3: IDEAR. Esta etapa no buscamos “tener la idea correcta” sino crear la mayor cantidad de ideas y posibilidades para resolver nuestro problema. Vamos a intentar generar múltiples caminos y soluciones innovadoras. Todas estas ideas son válidas y vale cualquier camino y cualquier solución. También vamos a hacer brainstormings, vamos a construir sobre las ideas de otros, vamos a crear ideas absurdas y concebir alternativas a través de métodos como croquis, mindmaps, prototipos y storyboards para explicar las ideas de la mejor manera posible. Una vez que tengamos montones de ideas, la metodología nos da caminos para que nos quedemos con las mejores o, incluso, con una única gran idea que pasará a la siguiente instancia.
PASO 4: PROTOTIPAR. Una vez que tenemos una idea que creemos puede resolver nuestro problema, vamos a intentar hacerla tangible, generando distintos elementos informativos como dibujos, artefactos y objetos con la intención de poder observar nuestra idea de manera más concreta y responder preguntas que nos acerquen a la solución final.
Lo importante de un prototipo es que podamos interactuar con él. Idealmente debe ser algo con que el usuario pueda trabajar y experimentar. Pero es esencial que nuestros prototipos se construyan de manera rápida y económica. Este proceso se va refinando mientras el proyecto avanza y los prototipos van mostrando más características como funcionales, formales y de uso.
PASO 5: PROBAR. Este paso consiste en volver a los usuarios para solicitar feedback y opiniones sobre los prototipos que hemos armado. Una buena regla es siempre hacer un prototipo creyendo que estamos en lo correcto, pero evaluarlo siempre pensando que estamos equivocados. Usamos este momento como una oportunidad para refinar las soluciones y mejorarlas. También, podemos entender mejor al usuario, aprendiendo un poco más de sus reacciones, incluso validando si nuestros supuestos eran buenos o no.
Por último, la especialista asegura que este proceso no termina acá, sino que está lleno de iteraciones. Esta metodología nos ayuda a no equivocarnos invirtiendo un montón de recursos en productos y servicios que no funcionan, porque fueron construidos en torno a prejuicios o supuestos que no eran ciertos. “El mundo de hoy requiere de un enfoque centrado en las personas y, por eso, el design thinking es mucho, mucho más que una metodología que está ‘de moda’”.
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