Piel, pelo y el cuerpo sienten el peso del verano.
El efecto dañino de la radiación UVA es menos notorio en lo inmediato, pero debido a su mayor penetración en la dermis daña las fibras de colágeno. Como consecuencia la piel va a verse arrugada y opaca. Además, también es cancerígena. Tenemos que ser conscientes que los efectos de la radiación UVA y UVB son acumulativos e irreversibles.
Asimismo, la exposición a calor intenso y viento suele deshidratar la piel, que va a lucir seca, escamosa y muchas veces pica. Mientras que el salitre y el cloro también resecan la piel.
QUÉ HACER
¿Qué acciones de cuidado debemos potenciar durante el verano para mitigar este
impacto? Acá la especialista es tajante: la protección de la radiación UV es clave y aclara que no se trata solamente de usar protector solar. “Debemos replantearnos el hecho de ‘tomar sol’ cómo actividad en sí misma. Podemos disfrutar de los espacios al aire libre con los cuidados adecuados sin necesidad de estar bajo el sol en forma sostenida. La piel, cuando se broncea, lo hace para formar una capa de pigmento que refleja la radiación, para proteger a sus células. Sin embargo, esta protección nunca es suficiente. Con todas las consecuencias directas y los riesgos futuros de las radiaciones UV sobre la piel, hay que pensar que estar bronceado no es saludable”, argumenta y enumera los cuatro pilares en la protección solar:
- Tratar de no exponerse al sol de 10 a 16 horas. Ese es el horario de mayor radiación UV.
- Utilizar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo. Usar sombreros de ala ancha, capelinas y anteojos de sol.
- Tener a la sombra como un aliado importante. Permanecer a la sombra, bajo una carpa, sombrillas, árboles, etc.
- Usar protector solar siempre. Debemos aplicarlo en forma generosa, en todas las zonas expuestas (no olvidar ninguna). Los protectores solares actuales tienen factores que neutralizan los efectos de las radiaciones UVB y UVA. Para que protejan del cáncer de piel deben ser de al menos un FPS de 30. Y hay que llevarlo con uno para reaplicarlo en caso de sudoración excesiva o luego de la inmersión en el agua. También se recomienda reforzar la aplicación cada 2 horas.
“En condiciones ideales, habiendo tenido todos los cuidados mencionados, no será necesario tratar la piel en forma especial luego del verano. Pero es cierto que una piel naturalmente seca puede resentirse más luego de unas vacaciones. En esos casos recordar el uso de jabones cremosos durante el baño para no empeorar el problema y la aplicación rutinaria de crema humectante luego del baño”, explica.
CONSEJOS PARA CUIDAR NUESTRA PIEL ¡TODO EL AÑO!
Hay que sostener las medidas de protección solar todo el año. También usar jabones suaves y, de ser posible, cremosos, de PH ácido o sustitutos del jabón denominados Syndets. Prestar también atención al efecto del baño, sobre todo si es prolongado o con agua muy caliente ya que suele secar la piel. Un hábito recomendable es usar crema humectante luego del baño. Por último, las personas que no tienen pelo, su cuero cabelludo está expuesto todo el año, deberían hacerse el hábito de usar siempre gorras o protector solar, aunque sea invierno. Además, desde el punto de vista estético, hay que proteger siempre el rostro para evitar manchas y arrugas.
¿QUÉ PASA CON EL CABELLO?
Así como la piel sufre el impacto de la estación, el pelo también. El sol, el cloro de las piletas y el salitre del mar lo resecan y lo maltratan. Hoy en el mercado existen varios tratamientos, máscaras, cremas, shampoo y lociones que nos ayudan a mitigar el impacto. Es clave hidratar el cabello durante todo el verano. Para minimizar el impacto del sol, se sugiere usar gorros y en las piletas gorras de natación. Luego del salir del mar, la pileta, el río o la laguna una buena recomendación es tomar una ducha de agua fría para sacar cualquier resto de salitre o cloro.
NUESTRO CUERPO
Como dijimos al comienzo, todo el cuerpo siente el peso de la estación. A nivel general, comemos más desordenado y en exceso y dejamos un poco la rutina de ejercicios. Es importante tratar de retomar los buenos hábitos optando por una alimentación completa y saludable y sumando actividad aeróbica a nuestra rutina.