Consejos y claves para lograrlo.
Pero ¿por qué decimos que todos deberíamos desarrollarla? Para entenderlo, Tealdi propone focalizarnos en la parte de la definición del diccionario que hace referencia a ‘compartir sus sentimientos’ y subrayar en el ‘compartir’ la posibilidad del sujeto de poder poner en palabras aquello que le pasa. Es decir, que esa ‘empatía’ dé lugar a que uno tomando la palabra pueda enhebrar en su discurso aquellas vivencias, sensaciones, afectos y/o malestares que pueda atravesar. “De este modo, quien está escuchándonos podrá identificar de qué se trata eso que le sucede, no igual a lo que a mí me puede pasar, sino lo que se encuentra transitando de un modo tan único como especial. El poder compartir estos sentimientos, con otro que escuche y aloje, generará un efecto de alivio del malestar” argumenta la especialista.
LA COMUNICACIÓN Y LA PAUSA
¿Qué rol juega la empatía en la comunicación? Sin duda uno muy importante. Podemos enunciar a la empatía como la base del entender y compartir humano. Sin embargo, como explica Tealdi, tendremos que considerar algo fundamental en dicho campo: los acontecimientos en la vida de las personas, como por ejemplo pueden ser las pérdidas (de pareja, de trabajo u otras), no devienen simétricamente iguales para nosotros y para nuestro semejante (el otro). Entonces, la empatía puede ser un vehículo que favorezca la comunicación, pero que también deberá tomarse como una pausa para escuchar y respetar el hecho de que las vivencias son distintas para todas las personas. “Habrá que ver, en el ejemplo de las pérdidas, qué lugar ocupaba una pareja para esa persona o su trabajo, el cual es específicamente singular. Esto favorecerá la comunicación a la hora de tratar de entendernos, pero también de alojar el afecto propio de cada persona para no obturar su palabra”, detalla.
EN LAS MALAS NOTICIAS ¿TAMBIÉN?
¿Cómo trabajar la empatía para lograr comunicar empáticamente aún en los peores
escenarios? ¿Cómo comunicar empáticamente aun en las malas noticias? “En los llamados ‘peores escenarios’ la empatía no debe reducirse más que a la PAUSA de poder escuchar, detenerse a mirar y acompañar a aquella persona que sufre. Así como en lo que respecta a comunicar las ‘malas noticias’. Será tarea de la propia persona poder ponerle el calificativo en nombre propio que le merezca. Siempre debemos recordar que ‘el decir’ es un punto vital de importancia en la comunicación, que distingue a la persona, diferenciándose del ‘no decir’ que nos deja aprisionados y encerrados en nuestro propio sufrimiento”, concluye la especialista.
Por eso, siempre comunicar pensando en el otro. Con mensajes claros, con las palabras justas y las pausas necesarias para darle lugar a la escucha y los sentimientos del otro que recibe nuestras palabras.