¡La fórmula para comunicarnos mejor!
A lo largo de la historia diferentes teóricos han investigado cómo nos comunicamos, cómo hacerlo de manera eficiente y qué estrategias podemos llevar adelante para comunicarnos mejor con nuestros pares. Entre esas investigaciones, allá por el año1967, Albert Mehrabian, profesor emérito de psicología en la Universidad de California, llevó a cabo una serie de experimentos que le permitieron cuantificar el grado de influencia de los distintos elementos que componen la comunicación: palabras, cuerpo y voz.
REGLA 7-38-55 DE COMUNICACIÓN: ¿QUÉ SIGNIFICA?
¿A qué datos llegó Mehrabian? Según su investigación los números son los siguientes:
- PALABRAS. Un 7% de nuestra comunicación consiste en lo que transmitimos a través de las palabras.
- VOZ. Un 38% lo transmitimos con el tono de la voz y otros códigos verbales como el ritmo con el que hablamos, la pronunciación, la cadencia…
- CUERPO. El 55% restante se lo lleva nuestro lenguaje corporal: postura, movimiento de manos, piernas, el aspecto de nuestra cara, la forma de acercarnos al interlocutor, etc. Es decir, todo lo que hacemos con nuestro cuerpo.
Si bien sus investigaciones le dieron a Mehrabian reconocimiento internacional, muchos han sido críticos con él ya que consideran que ese porcentaje no siempre es así. Por tal motivo, el teórico se ha cansado de explicar que sus números y conclusiones se basan en una comunicación dónde intervienen las emociones de las personas. No habla de una simple comunicación de datos fríos.
COMUNICARNOS MEJOR
Si hay algo que queremos siempre las personas es comunicarnos bien, que entiendan nuestro mensaje y no haya malentendidos. Por lo tanto, resulta mandatorio poner el foco en estos 3 componentes de la comunicación al momento de comunicarnos con los demás. Ser conscientes de lo que decimos no solo con las palabras, sino con la voz y el cuerpo nos va a permitir llevar una comunicación eficaz, empática y con buenos resultados. ¿Algunos consejos?
- PALABRAS. Elegir cuidadosamente las palabras que vamos a decir. A veces un sinónimo puede resultar mucho más ameno y eficaz que la primera o habitual palabra que solemos emplear. Las palabras tienen MUCHO PESO y hay que usarlas correctamente. Por suerte, el vocabulario de la lengua española es amplio y diverso.
- CUERPO. Hay varias cosas para tener en cuenta. Entre ellas, cuidar cómo ponemos los brazos: este punto suele ser muy complejo para los oradores. ¿Qué hacer? Evitar tenerlos cruzados, ya que suele indicar rechazo. Mejor que estén, por ejemplo, apoyados en el atril, etc. Tampoco moverlos demasiado porque pueden distraer al receptor. Con respecto a las piernas, se sugiere que no estén cruzadas (en caso de estar sentados) ni moverlas demasiado. En cuanto a la postura, mejor mostrar una postura erguida que es señal de seguridad. Prestar atención a los gestos del rostro: si vamos a sonreír, hacerlo con la cara completa; una risa sincera. Los ojos no deben mirar fijo, ni tampoco no mirar a nuestro interlocutor. Lo mejor es mirar en el entrecejo y bajar cada tanto la vista.
- VOZ. Es muy importante cuidar el tono y los ritmos de nuestra oralidad. Hablar pausado y claro, no gritar ni tampoco hablar en un tono demasiado bajo.
Por último, debemos tener en claro que parte central de la comunicación es también saber escuchar al otro. Respetar sus tiempos, hacer pausas para que el interlocutor pueda exponer o consultar.