Conocé las claves sobre este tema
Según explica la especialista, estas tendencias pueden ser de corto, mediano o largo plazo y muchas veces los especialistas las dividen en:
a) Tendencias macro. Son las transformaciones a gran escala. Un ejemplo muy 2025 es la Inteligencia Artificial que afecta a múltiples sectores y perdura décadas.
b) Tendencias de consumo. Son los cambios en las expectativas de las y los consumidores. Un ejemplo, es la vuelta de la valoración de lo local o la búsqueda de experiencias personalizadas o el interés creciente por productos orgánicos.
c) Microtendencias. Son los movimientos más pequeños y específicos que corresponden a nichos o segmentos de mercado. Un ejemplo es el bailecito de la película Wicked que se vio por 4 semanas de diciembre del 2024 en Instagram y en TikTok.
QUÉ SUCESO O CARACTERÍSTICA TERMINA EN UNA TENDENCIA
¿Qué convierte algo en tendencia? ¿Cuáles son las características de una tendencia? Para Figueiredo, para que algo se convierta en tendencia tiene que cumplir con ciertos requisitos:
- Debe tener una adopción progresiva, pero escalable. Empiezan como señales que captan líderes de opinión, early adopters o comunidades influyentes y, a partir de ahí, si son realmente relevantes, comienzan a expandirse hasta llegar a audiencias más amplias.
- Tiene que resonar cultural o emocionalmente. Una tendencia suele conectar con necesidades profundas o preocupaciones colectivas, como el interés por la salud mental, la sustentabilidad o la nueva búsqueda de autenticidad en lo que consumimos.
- Es fundamental el contexto. Las tendencias casi siempre responden a un cambio social o tecnológico que las pone en marcha. Por ejemplo, la pandemia impulsó fuertemente el e-commerce y el trabajo remoto porque era justo lo que necesitábamos en ese momento. También disparó la conversación sobre la salud mental, un tema que se puso en agenda porque fue desafío para la mayoría de nosotros.
- Capacidad de viralidad. Las redes sociales y las plataformas globales pueden amplificar una idea hasta niveles impensados. Esto hace que algunas de esas ideas se consoliden como tendencias.
“Creo igualmente que lo que termina de confirmar una tendencia es su impacto real. Si cambia la forma en que las personas compran, interactúan o valoran una marca, entonces no hay dudas: estamos frente a algo que va más allá de una moda pasajera”, argumenta la especialista.
EL MUNDO DE LAS EMPRESAS
¿Cómo beneficia una tendencia a una empresa? “Las tendencias pueden ser un motor de crecimiento increíble para cualquier empresa, pero todo empieza por saber identificarlas, entenderlas y actuar a tiempo. Cuando una marca logra captar una tendencia en sus primeras etapas tiene la oportunidad de anticiparse al mercado. Esto significa entender el impacto y adaptarse antes que los competidores para ofrecer las modificaciones en su propuesta de valor que encajen con las nuevas expectativas de las personas”, explica Figueiredo.
Además, las tendencias son un reflejo de lo que nos emociona o nos preocupa a las personas en un momento dado. Sumarse a una tendencia permite a las marcas conectar de una manera más profunda con su público, porque están hablando su mismo idioma y respondiendo a lo que realmente está en su agenda. Y también son una gran herramienta para diferenciarse. En mercados saturados, innovar alineándose con una tendencia puede ayudar a destacar con una oferta única. Y no solo eso, entender hacia dónde va el mercado puede ayudar a las empresas a mitigar riesgos.
“En definitiva, aprovechar una tendencia no solo nos permite captar nuevos clientes o fidelizar a los que ya tenemos, sino que también posiciona a la marca como un líder en su categoría. Y ese es el tipo de ventaja competitiva que toda empresa busca”.
PROACTIVIDAD: LA CLAVE PARA SER PIONEROS
Si queremos aprovechar una tendencia o incluso liderarla, es importante ser proactivos y estar bien informados. Como explica la especialista, esto no es algo que sucede de manera random. Debemos tener una práctica, una metodología de observar de manera constante lo que está pasando a nuestro alrededor. Esto va desde usar herramientas de investigación de mercado hasta escuchar lo que la gente dice en redes sociales y, especialmente, lo que le dice a la marca; es clave captar las señales que anuncian un cambio. Sin embargo, no alcanza con detectarla y saber qué está pasando. Lo realmente importante es entender el “por qué” detrás de la tendencia. ¿Qué la impulsa? ¿Qué motiva a las personas a adoptarla? Esa comprensión es lo que permite adaptarla a nuestra marca de manera auténtica.
También es fundamental probar rápido y ajustar sobre la marcha. “Podemos empezar con prototipos o pilotos que nos ayuden a validar ideas antes de apostar fuerte. Y una vez que tenemos algo que funciona, podemos escalarlo. Otro punto clave es contar una buena historia. No es solo cuestión de estar ahí primero; también implica posicionarnos como alguien que realmente lee y entiende el tema y tiene algo valioso que aportar. Lo valioso no es solo seguir tendencias; es reinterpretarlas, adaptarlas a nuestro propósito como organización y usarlas de una manera que solo nosotros las podamos usar, encontrando nuestro ángulo particular”, argumenta.
Por último, si queremos intentar crear una tendencia como marca, vamos a tener que hacer algo que responda a necesidades latentes, ofrecer algo único que desafíe lo establecido. Esto requiere de innovación y luego de la capacidad de educar, porque vamos a ser pioneros en categorías que no están creadas o a empujar soluciones que no existen aún.