Estar en casa, “aislados” del mundo exterior, puede ser una excelente oportunidad para conectarnos con nosotros.
EQUILIBRIO
Como todo en la vida es cuestión de ir encontrando el equilibrio. La tecnología y las redes que pueden ser muy útiles porque nos conectan con personas en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora, al mismo tiempo nos pueden abstraer y distanciar de las relaciones con las personas más cercanas. Es decir, con nuestra familia que estamos conviviendo. ¿Cuántas veces durante el día (y a veces en la noche) tomamos el teléfono o la tablet para ver o controlar algo? ¿Por qué no podemos estar un poco de tiempo solos o en silencio? ¿Cómo lidiar con la ansiedad por ser productivos y en constante movimiento? “Se trata de ir encontrando un equilibrio entre ambas, enriquecerse con las posibilidades que brindan la tecnología y las redes sin descuidar el encuentro con la familia. Poder encontrar durante el día parte de tiempo para estar en silencio o, por ejemplo, leyendo un artículo o libro que venimos postergando. Un encuentro con nuestros pensamientos y deseos. Este espacio es tan necesario como dormir o alimentarse”, explica la profesional.
ESTAR SOLOS NO ES AISLARSE DE LOS OTROS
Este momento que estamos viviendo también nos presenta una nueva posibilidad: estar en silencio, solos con nosotros. “Poder estar en silencio requiere que se pueda estar solo con uno mismo. El pediatra y psicoanalista, Donald Winnicott decía que solo se puede estar solo si se ha estado en presencia de otros. ¿Qué quiere decir con esto? Que en el desarrollo de una persona se requiere que se haya sentido confianza, sostén y tranquilidad por parte de quien lo ha cuidado. De ese modo se obtiene un equilibrio donde el ruido de las voces y las exigencias sociales se acallan y podemos escuchar nuestras palabras”, detalla Petrollini. Entonces disfrutar del silencio, de un tiempo para uno mismo es, al mismo tiempo, recrear el contacto y la presencia de los otros.
Por último, en estos momentos de sumo cuidado tanto para nosotros como para los demás hay que equilibrar el tiempo personal y el de los afectos. En estos días, la profesional sugiere:
-Organizar horarios laborales separados de los horarios familiares o de las actividades de los niños.
-Implementar tiempo sin dispositivos electrónicos para tener un espacio de actividad familiar o personal.
-Separar los horarios de recreación.
Es algo nuevo e inédito para esta era lo que nos toca enfrentar. Estará en cada uno de nosotros de qué manera vivir este tiempo adentro. Puede ser tiempo de encontrarse con el otro y con uno mismo. Fortalecer vínculos, encontrar la compañía y la comprensión, escuchar y escucharse. Y como todo, pasará. Volverán las rutinas, las salidas y la vorágine diaria. ¡Aprovechemos esta circunstancia para encontrar nuestro tiempo solos y en silencio!