Dejar de mirar a las personas como recursos.
Sin duda, es un concepto clave para trabajar en épocas de IA y tecnología donde, a veces, las organizaciones parecen olvidar lo más preciado que tienen: LAS PERSONAS.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Según explica Jajamovich, desarrollar empatía organizacional es clave porque hemos trabajado mucho con la empatía en el metro cuadrado o a la redonda, pero no en la escala. Y, sin embargo, el poder de la organización radica en la escala. “La organización es más que la suma de los equipos y si no hay empatía 360, los conflictos y las fricciones se multiplican y la falta de acuerdos nos frustran a todos. Se dañan las relaciones, la motivación de los colaboradores y los resultados”, explica.
Además, la empatía organizacional genera grandes beneficios y oportunidades. “Donde hay empatía organizacional hay inclusión, la diversidad es real (y no un discurso), la creatividad y la innovación tienen las puertas abiertas. La empatía organizacional permite que las crisis no sean motores de enfrentamiento y buscar culpables, sino momentos para salir adelante juntos”, argumenta.
POR ORGANIZACIONES MÁS HUMANAS
¿Cómo fomentar la empatía en la empresa? ¿Cómo contribuir para lograr organizaciones más empáticas? La especialista comparte algunas sugerencias:
- Ponernos la camiseta. Debemos recordar que la organización es una sola camiseta y no una por área. Todos jugamos en el mismo equipo y nos necesitamos mutuamente para “ganar el mundial”.
- Bajar un cambio. No hay empatía cuando corremos y, por lo tanto, el primer paso es bajar el ritmo para poder conectar con uno mismo y con los otros. Para lograrlo habrá que cultivar el “menos es más”; salir de la voracidad de las agendas estalladas.
- Hacer más “tindering”. Conocernos más a través de espacios de speed-networking (conexiones cortas), crear “visitas” de un área a la otra, apostar a proyectos cross conjuntos donde veamos el valor de trabajar juntos y hacer mentoreo cruzado entre profesionales.
- Recordar que es un proceso. La empatía no se construye de la noche a la mañana, requiere esfuerzo y constancia. “Si esperamos a que todos sean empáticos organizacionales, ¡estamos muertos! Y si nos enojamos… ¡peor aún! Es hora de dar el ejemplo, poner nuestro granito de arena y construir organizaciones 360”, concluye.
Trabajar la empatía en el ámbito organizacional se va a traducir en bienestar para todos. Tener un liderazgo empático que se baja en escala a toda la organización, tiene que ser parte de la cultura de la empresa.
Más información en https://melinajajamovich.com/