En la búsqueda del equilibrio.
El profesional agrega que en orden de importancia la alimentación no saludable se ha asociado a conductas en cuanto a cantidad y selección de alimentos ultraprocesados que conllevan a obesidad y las enfermedades que resultan de esta causa, como el síndrome metabólico “Demonizar a los productos no es la solución. Educar a la población es uno de los caminos correctos. Todos los grupos de alimentos pueden ser utilizados de acuerdo con lo correspondiente a las características de cada grupo poblacional*, que incluye conservar o adaptar costumbres (herencia cultural). Es importante entonces saber diferenciar entre los profesionales capacitados de aquellos no profesionales que se expresen (preferentemente en las redes) incorrectamente”, argumenta Casávola.
*El Ministerio de Salud de la Nación elaboró las Guías Alimentarias para la población argentina (GAPA).
EDUCACARNOS Y CONSULTAR
Ante tanto nivel de información al que estamos expuestos es importante entender cuáles son las fuentes a las que le tenemos que dar entidad. Para Casávola es en primer lugar, la familia y el colegio son los ámbitos donde debemos nutrirnos de información en el proceso de incorporación progresiva de conocimientos. Luego, claro, para los casos de consulta en particular, el consejo profesional es el indicado y al cual debemos seguir. “Con esta información uno debería poder leer y descartar la falsa información”, argumenta. Es decir, que si contamos con información sólida con sustento científico podremos discernir más fácilmente qué información es correcta y cuál no.
¡NO DEMONIZAR!
¿Qué pasa con los alimentos ultraprocesados? ¿Debemos eliminarnos de nuestra vida? “Si bien estos alimentos no deben ser la base de una alimentación saludable, pueden, en ocasiones, formar parte de situaciones sociales tales como festejos familiares”, argumenta el profesional. Nuevamente con información previa, la correcta selección de los alimentos diarios forma parte de la educación.
¿Y qué considerar con respecto a la ingesta de lácteos, harinas, azúcares y sodio? Casávola explica cada uno:
- Azúcares. Es posible utilizarlos en cantidades limitadas.
- Harinas. Es preferible utilizar harinas integrales y, en el caso de intolerancia al gluten, harinas libres de gluten.
- Leche. Es un producto con densidad nutricional (muchos nutrientes en un mismo alimento), pero a su vez las personas de edad tienen disminución de la capacidad de digestión de la lactosa, lo cual les provoca síntomas digestivos como diarreas y distensión abdominal (intolerancia).
- Sal. En la Argentina se consumen casi 12 gramos de sal al día. Lo recomendable son menos de 5 gramos diarios, equivalente a una cucharadita de té al día. Es importante saber que la sal está iodada por ley, por lo tanto, el consumo de iodo se asocia con la sal. Se recomienda probar la comida antes de salarla y es recomendable no tener el salero en la mesa para no fomentar su consumo.