Cómo nos paramos ante cada situación que nos toca.
Como explica Daniel Colombo, Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia y equipos de trabajo, autor de varios libros y distinguido como LinkedIn Top Voice América Latina, las personas que pueden liderar sus vidas son aquellas que entendieron que la gran mayoría de los problemas son temporales y pueden resolverse. Aunque también reconoce que todos somos humanos y nuestro buen juicio se nubla en varias ocasiones. Según el especialista, la clave está en convertirnos en personas más asertivas para resolver los problemas y olvidarnos de echar culpas.
PAUTAS PARA RESOLVER DE MANERA ASERTIVA
Cada día puedan surgir problemas, algunos más pequeños y otros más complejos. Es parte de vivir. Es inevitable. Sin embargo, lo que sí es evitable y modificable es nuestra actitud al respecto. Cómo nos paramos frente a estos problemas. Para Colombo la clave está en entrenar el pensamiento asertivo. “Tener pensamiento asertivo es tener el equilibrio emocional apropiado frente a cualquier contratiempo, a partir de una observación profunda de nosotros, de los asuntos y de los demás, en su perspectiva más equilibrada. También, es encontrar el modelo de acción más conveniente para solucionar los asuntos, con menos gasto de energía y obteniendo el mejor resultado posible”, explica el profesional.
Colombo nos deja 4 claves para cambiar nuestra mentalidad y empezar a resolver ¡en vez de ir repartiendo culpas a diestra y siniestra!
- EVITAR CONVERTIRNOS EN DETECTORES DE ERRORES HUMANOS. Hay que dejar de buscar personas o circunstancias a quien culpar ante los problemas o desafíos que enfrentamos cada día. Para hacerlo es fundamental trabajar nuestro autoconocimiento y los patrones limitantes que nos llevan a actuar así.
- CAMBIAR NUESTRO PUNTO DE VISTA. Frenar a tiempo y preguntarnos: ¿Cómo puedo solucionar esto que sucede? ¿Cuento con toda la información necesaria?
- ENTENDER QUE SI NUESTRA MENTALIDAD ES DE CULPAR SOLEMOS PREGUNTAR “POR QUÉ”; EN CAMBIO SI NOS HACEMOS RESPONSABLES DECIMOS “PARA QUÉ”. Esto es mucho más que una cuestión de semántica. El por qué tiende a generar una tendencia a justificar las situaciones, mientras que el para qué nos conducirá a la raíz de lo sucedido. Y es allí donde aparecerán las posibles soluciones.
- PREGUNTARSE QUÉ FUNCIONA EN VEZ DE A QUIÉN CULPAR. ¿Qué funciona para resolver este problema? Este “qué funciona” puede incluso tener un impacto positivo en el equipo, en los clientes y en todas las partes interesadas. Formular preguntas de este tipo abre un espacio de nuestra mente que se predispone a buscar soluciones.
Más información en: Danielcolombo.com