Contenido de valor y habilidades personales.
CONTENIDO: EL QUID DE LA CUESTIÓN
Todo pasa por los contenidos, que son sencilla y ampliamente nuestros conocimientos, ideas y conceptos que queremos mostrar al otro. Qué nos hace diferentes y qué aportamos a los clientes que otros no. Ahora, ¿cómo crear contenido disruptivo? ¿Qué es el contenido disruptivo? Sin duda es ese que se destaca del resto. Ese que llama la atención de quien lo lee, mira o escucha. Ese que hace detenerse a pensar, reflexionar y a querer comprar, objetivo de toda empresa.
Para responder la pregunta de cómo crear ese contenido disruptivo, lo primero que tenemos que hacer es pensar en nuestra marca: qué la hace única, qué la distingue y qué busca transmitir. Una vez definido esto es momento de pensar, hacer el famoso brainstormings y trabajar y fomentar la creatividad del equipo, para que pueda surgir ese contenido disruptivo y creativo. Esa innovación en nuestra comunicación que llame la atención. Y aunque parezca una tarea difícil, es posible.
INNOVAR Y CREAR
Por supuesto que habrá empresas más innovadoras y creativas (las tecnológicas son un claro ejemplo) que con su gran estructura cuentan con agencias, departamentos exclusivos de desarrollo de marketing y contenidos y más. Sin embargo, todos podemos innovar y ser disruptivos; es decir llamar la atención de nuestra audiencia con lo que estamos contando.
Hay habilidades claves que todos los innovadores (léase Steve Jobs, etc.) presentan. Esto se desprende del estudio y el posterior libro “El ADN del Innovador” publicado por los profesores y autores reconocidos Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton Christensen. En su publicación explican que los innovadores comparten 5 habilidades (asociar, cuestionar, observar, trabajar en red y experimentar) y que trabajar y potenciar estas habilidades puede colaborar en el proceso de desarrollar contenidos más disruptivos e innovadores.
Compartimos algunos detalles de estas 5 habilidades para trabajarlas:
- Asociar. Esta habilidad permite conectar o realizar una asociación de preguntas, ideas o conocimientos de diferentes áreas. Mientras mayores sean nuestros conocimientos y experiencias, mejor será la asociación y las conexiones en nuestro cerebro que nos permiten pensar de manera más innovadora.
- Cuestionar. Preguntar las cosas que desafían el sentido común; romper con el famoso statu quo.
- Observar. Una habilidad clave en todos los ámbitos de la vida. Poder realizar una observación minuciosa de las situaciones y fenómenos de todos los días, comunes. Convertirnos en una especie de antropólogos sociales.
- Trabajar en red. El famoso networking. Relacionarnos con personas con diferentes conocimientos para ampliar nuestro campo de acción y desarrollo.
- Experimentar. Probar las ideas, experimentar las veces que sea necesario y aceptar el ‘fracaso’ como parte del proceso. Solo quien hace, se equivoca.
Animarse a trabajar estas habilidades es un buen comienzo para empezar el camino de ir encontrando nuestra comunicación que se destaque y llame la atención. Y luego, claro ponernos en acción, estar preparados para el error y corregir o cambiar las veces que sea necesario.