ANATOMÍA DEL EQUIPO

Si hay algo clave en los trabajos, son los equipos de personas. Esos que pueden marcar la diferencia y hacer de la empresa la más exitosa. ¿Qué es lo primero que debemos tener en cuenta al momento de conformar un equipo de trabajo? Como explica Natalia Romero, licenciada en Relaciones del Trabajo, coach ontológica profesional y directora de Tu Proyecto Ocupacional, el punto de partida para la conformación de un equipo es tener en claro el objetivo y el resultado a alcanzar. Saber hacia dónde vamos. Esto determinará las habilidades necesarias y ayudará en la configuración de cada rol. “Esta definición debe ser específica, medible, alcanzable, relevante, con una fecha límite de culminación y a todos los niveles: comercial, financiero, operacional, marketing, etc. Esto servirá de misión para el equipo, generará cohesión y permitirá su alineamiento”, detalla.

Cabe destacar que podemos hablar de equipos por proyectos a corto o mediano plazo o equipos de trabajo a largo plazo por áreas en empresas, por ejemplo. En este último caso, la misión excederá al proyecto puntual y será de mayor trascendencia. Según explica Romero, es a partir del objetivo que se definirán metas menores y se elaborará el plan de acción para comenzar a trabajar. A su vez hay que tener en claro que la división de tareas debe realizarse según la expertise y potencial de cada participante. “Deben establecerse plazos de cumplimiento para lo cual será clave el compromiso individual. La consecución del objetivo mayor será fruto de la construcción participativa y colaborativa donde también tendrá lugar la creatividad”, argumenta.

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¡ATENTOS EN TODO EL CAMINO!

Es importante prestar atención a la dinámica del equipo ante los objetivos y dificultades que puedan surgir en el camino. La cohesión sería el resultado esperado a través de la comunicación, compromiso y flexibilidad de los integrantes. También es fundamental que cada participante se comunique con el resto, cumpla con su parte del trabajo y en caso de no lograr su objetivo pueda evaluar acciones alternativas, siempre y cuando cumpla con la meta a largo plazo. “El error no es problema sino experiencia de aprendizaje para todo el equipo. Cada rol aporta algo, pero todos son responsables por el resultado final. La visión común será el eje para la realización del trabajo”, explica Romero.

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EL MEJOR BLEND

¿Qué línea seguir? ¿Cómo conformar esa anotomía perfecta? Para Romero los parámetros que el equipo deberá seguir son la interacción, la toma de decisiones, respuesta a los retos y el cumplimiento. Por otra parte, nunca hay que sacar el foco de 4 ejes claves:

1. Los objetivos que se quieren conseguir
2. Las tareas que se tienen que llevar a cabo
3. Las funciones que se tienen que realizar
4. Los roles que hay que desempeñar

“Una vez identificadas las competencias requeridas, cada integrante aportará lo suyo, según sus talentos y habilidades, potenciando al equipo. Los resultados parciales a lo largo del desarrollo del proyecto serán los indicadores sobre el éxito o fracaso del equipo y permitirán hacer los cambios necesarios para mejorar la performance”, argumenta Romero.

En cuanto a la conformación específica del equipo, Romero recomienda que un especialista lidere el equipo y pueda sacar lo mejor de cada integrante siendo a la vez permeable para recibir aportes de todos. Pero atención: este líder debe tener en su valija de competencias, además de conocimientos técnicos, competencias blandas como la gestión emocional y la comunicación asertiva. ¿Por qué? Simple. Porque de la calidad de ese liderazgo dependerá el desempeño y logro de resultados. Por supuesto, que la interacción y diversidad de conocimientos y perspectivas enriquecerá al equipo y sumará a la consecución del mejor resultado.

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CLAVES PARA UN EQUIPO DE TRABAJO EFECTIVO Y FELIZ

“El trabajo en equipo es la capacidad de unir esfuerzos hacia una visión común”, argumenta Romero y comparte los siguientes consejos:

• Los objetivos deben ser reales. Es preferible comenzar con pequeños desafíos e ir escalando hacia metas más ambiciosas. De esta manera, se mantendrá la motivación. Los roles deben distribuirse de manera equitativa y de acuerdo con la expertise de cada integrante.
• La estructura del equipo debe estar bien definida para lograr mejor organización y cohesión del grupo. Esto permitirá establecer tareas de acuerdo con las necesidades de la organización y optimizar la operatividad.
• El equipo debe compartir la misión, estar enfocado y comprometerse: así podrá alcanzar cualquier objetivo que se proponga. La generación de acuerdos y compromisos claros es beneficiosa para todos los miembros.
• Establecer reuniones periódicas con objetivos específicos para verificar la alineación de resultados y chequear acciones futuras. Esto ayudará también en la resolución de problemas y dará espacio a la creatividad de cada miembro fomentando la motivación.
• Las decisiones se toman en equipo. Esto provoca que los trabajadores se sientan parte importante de la empresa y que son tenidos en cuenta. El ambiente mejora y la motivación laboral crece.
• Los integrantes deben ayudarse y darse apoyo entre ellos. Es importante celebrar los avances, tanto individuales como grupales, expresando verbalmente la satisfacción del trabajo en equipo.

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