La tendencia que busca traer de nuevos los alimentos reales.
Las Redes Sociales, por supuesto, no escapan a esta tendencia y se hacen eco con propuestas de #RealFooding. ¿De qué se trata? De identificar qué comemos y cómo podemos hacer cambios importantes. El creador de este movimiento es un nutricionista español llamado Carlos Ríos cuya cuenta de Instagram (@realfooding) tiene más de 1.5 millones de seguidores. ¿Su propuesta? Clara y simple. Buscar un estilo de vida saludable basado en comer comida real y evitar ultraprocesados. Si bien no inventó nada nuevo su forma de abordaje y explicación visual y argumentativa resulta muy útil. Él diferencia la comida en: “Real”, “Buenos procesados” y “ultraprocesados”. Porque tampoco se trata de demonizar todo lo que viene envasado. Así lo explica en sus redes:
- COMIDA REAL. Son todos los alimentos frescos, mínimamente procesados o aquellos cuyo procesamiento industrial o artesanal no haya empeorada la calidad o interferido negativamente en sus propiedades saludables. Ejemplo: zanahorias.
- BUENOS PROCESADOS. Estos forman parte de la comida real. Son alimentos con un procesamiento industrial o artesanal beneficioso o inocuo para el alimento. Ejemplo: zanahorias envasadas.
- ULTRAPROCESADOS. Son los productos comestibles fabricados artificialmente a base de azúcares, almidones, aceites refinados, aditivos, sal agregada, etc. Por ejemplo, puré comercial de zanahoria.
Otro tip que comparte el especialista en sus redes y plataformas es que la comida real no suele llevar etiquetas y tiene menos de 5 ingredientes. Incluso generalmente lleva 1 solo ingrediente que es el alimento en sí. Por ejemplo, banana. En contrapartida: ¿Cómo saber si un alimento es ultraprocesado? Fácil. Si en su paquete vemos un listado copioso de ingredientes.
PRACTICIDAD VS. BENEFICIOS
Está claro que los ultraprocesados ganaron mucho terreno porque en este mundo a mil que vivimos el tiempo parece ser un recurso escaso. Entonces llega el momento de preparar la comida, abrimos el freezer y sacamos una caja de algún producto alimenticio que compramos en el supermercado, prendemos el horno y solo tenemos que poner el alimento en cuestión. ¿Cómo dar batalla? Organizarnos, realizar compras conscientes, organizar la alacena y así planificar una dieta equilibrada que nos permita comer mejor. Y como siempre decimos, buscar el equilibrio. Alguna vez comeremos procesados, pero no debe ser la base de nuestra alimentación.
Volver a descubrir los sabores de los alimentos naturales es maravilloso. ¿Qué tal si nos aminamos a dejar un poco los paquetes atrás y elegimos productos sin etiquetas?