¿EL FIN DE LAS DIETAS RESTRICTIVAS?

¿EL FIN DE LAS DIETAS RESTRICTIVAS?

Calidad de Vida  -  05/01/2022

Bienvenida la construcción de buenos hábitos.

El tiempo de las dietas restrictivas parece haber ido perdiendo, por suerte, adeptos. Cada vez más gente entiende que lo que vale para una vida en bienestar y con salud son la suma de buenos hábitos de alimentación, descanso, ejercicio, etc. Así lo cree también Laura Romano, licenciada en nutrición MN 5992, quien comparte consejos muy útiles en su cuenta de Instagram @integralnutricion y en su libro ‘Las dietas tienen un final. Los buenos hábitos duran para siempre’, quien aclara que cuando se refiere a dieta habla de dieta restrictiva. A su vez, asegura que estamos muy acostumbrados a la restricción alimentaria exagerada cuando se quiere bajar de peso y esto no se sostiene en el tiempo, en cambio los hábitos sí y eso es justamente lo que plantea en su libro. 

 

COMER SALUDABLE: REGLA 80/20

Como explica Romano, mantener un hábito saludable no significa dejar de comer las cosas que nos gustan y vivir a dieta. Porque ya sabemos a esta altura que las dietas no se sostienen de por vida y que cuanto más estrictas son, más rápido se abandonan y, por ende, más rápido se recupera el peso perdido en esa dieta. Ya sabemos también que no es un pecado disfrutar de la comida y que los seres humanos no comemos solo para nutrirnos, porque si fuera así comeríamos alimento balanceado. “Comemos culturalmente, socialmente y hasta emocionalmente. Comer saludable significa aprender a elegir en calidad y cantidad los alimentos que van a formar parte de nuestra rutina, de nuestro hábito. Pero eso no significa que solo vayamos a comer esos alimentos. Los vamos a elegir la mayor parte del tiempo, pero no todo el tiempo”, explica y detalla cómo: La idea es cuidarse la mayor parte del tiempo, digamos el 80% del tiempo, pero también poder disfrutar de esas comidas no tan sanas pero que tienen que ver con nuestras costumbres y nuestra vida social, el restante 20% del tiempo”, cuantifica.

Para graficarlo aún más la especialista nos propone llevar estos porcentajes a la vida diaria:

  • En una semana tenemos 28 comidas: 7 x 4. Siete días de la semana y cuatro comidas por día. 
  • Si calculamos el 80 % de esas 28 comidas, nos da 22,4 comidas y el 20 % nos da 5,6 comidas. O sea que, redondeando, podemos decir que, haciendo 23 comidas sanas y controladas, versus 5 comidas no sanas o no controladas, estamos teniendo un hábito supersaludable

ANOTÁ:

UNA SEMANA 28 COMIDAS (100 %)

80 % = 23 COMIDAS

20 % = 5 COMIDAS

Como vemos en los números de la tabla de arriba, con esta regla la mayor parte del tiempo estamos comiendo sano. Si trasladásemos esta cuenta a un año, estaríamos teniendo 10 meses de haber comido sano y solo 2 meses en los que no. 

 

CÓMO EMPEZAR LA CONSTRUCCIÓN DE BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS

Romano asegura que hay muchos hábitos que podemos incorporar en cuánto a la alimentación y los divide en 3 grandes grupos:

  • Los que tienen que ver con el qué comemos: el hábito de comer alimentos de mala calidad. 
  • Los hábitos que tienen que ver con la organización. ¿A qué se refiere? A la no programación de la comida, a no estar equipados, a no tener organizada las comidas, las compras y toda la heladera y la alacena en casa. Todo eso que hace que se nos haga más difícil el terreno para comer saludable. 
  • Los hábitos que tienen que ver con la cantidad. El “cuánto”: algo que nos atraviesa un montón. “Y sobre todo cuando se quiere bajar de peso, el comer un poco menos de lo que venimos comiendo es de los hábitos más difíciles, pero es de los que más influye en el descenso de peso. Ahí tengo una técnica que uso mucho y que cada uno puede darse cuenta en esto de comer un poquito menos de lo que podría llegar a comer. Dejar un huequito en la panza, un espacio para no explotar. A veces comemos y comemos y terminamos explotando con dolor de panza y mucha saciedad. Es frenar un poquito antes y ya con eso estamos haciendo un cambio de hábitos”, ejemplifica.

 

SACARLE “PESO” AL PESO

Romano, aplica con sus pacientes de manera personalizada los cambios de hábito para el descenso de peso. Hay que enfocarse mucho en cuál es la causa de ese aumento de peso y trabajar sobre esos hábitos. “Uno sin enfocarse en la balanza necesariamente puede ver resultados. La balanza es la consecuencia y la causa son los hábitos. Yo me enfoco en la causa, en tratar de cambiar esos hábitos y la consecuencia va a ser el descenso de peso, pero sin estar persiguiendo únicamente la balanza”, ejemplifica. 

Ya a esta altura tenemos en claro que las dietas restrictivas cuanto más estrictas son, más rápido generan descenso de peso, pero también somos conscientes que más rápido las abandonamos. “Por eso en mi libro hablo de que las dietas tienen un final y los buenos hábitos duran para siempre. La idea con esto es generar conductas no extremistas que se adapten a nuestros hábitos, a nuestras costumbres, a nuestra cultura, a nuestra vida social y que podamos convivir teniendo una alimentación la mayor parte del tiempo saludable y una pequeña parte del tiempo, no. Así lo vamos a poder sostener toda la vida”, concluye. 

Por supuesto que los hábitos de alimentación tienen que complementarse con sostener otros de ejercicio físico, buen descanso, meditación, etc. que nos va a llevar a lograr salud y bienestar. 

Más información: @integralnutricion

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