La bebida más consumida. Aporta beneficios para el organismo y es vital para una buena salud.
CUÁNTO Y CUÁNDO BEBER
Lo primero que marcan al unísono las especialistas es que no hay que esperar a tener SED para tomar agua. Si llegamos a ese momento es tarde, porque ya nos estamos deshidratando. Y, además, aclaran, que a partir de los 50 años ya se empieza a perder la sensación de sed. En cuanto a la cantidad aseguran que las guías para la población argentina establecen como recomendación general la ingesta de 2 litros al día de agua, que es un equivalente a 8 vasos. Después, obviamente, se puede complementar la hidratación con infusiones y lo que la persona desee. Hay que tener en cuenta que las frutas y verduras también hidratan, sobre todo las de verano que tienen mucho más contenido de agua. Yamaguchi completa que si hacemos actividad física la ingesta debe ser mayor, al igual que si estamos con fiebre o con diarrea. Pero hace una aclaración importante: “No es cuánto más mejor, hay que tomar lo necesario. Tomar ocho vasos de agua es una cosa, pero tomar 8 litros al día es una enfermedad que se llama potomanía y hace perder los minerales por orina. En nutrición no hay nada que sea libre. Existen las porciones saludables. No existe el ilimitado y el agua tampoco es ilimitada”, asegura.
Con respecto a los horarios de ingesta en los últimos tiempos leemos cada vez más que tomar agua en ayuno trae más beneficios. ¿Esto es así o es un mito? No es un mito, es más bien una costumbre de algunos países como Japón. Es una cuestión cultural. “La pregunta es: ‘¿hace mal?, no. ¿Hace bien?, no’. No es ni bueno, ni malo. Es una costumbre. Tiene los mismos beneficios que tomarla en otro momento del día”, explican. Por lo tanto, si queremos tomar agua en ayunas, podemos hacerlo, pero no debemos esperar ningún plus o extra. Es parte de nuestra ingesta de 2 litros recomendada por día.
BENEFICIOS CONCRETOS
Como dijimos en el comienzo, la hidratación del organismo es el rol clave del agua. ¿Y por qué queremos hidratar al cuerpo? Porque el corazón, el cerebro, el riñón, el intestino, la piel… todo lo necesita. “Muchas personas con dolor de cabeza crónico tienen cefalea por deshidratación. Uno de los síntomas comunes de la deshidratación es la cefalea, también estar medio obnubilados, cansados, desorientados”, argumenta Yamaguchi.
Tasat, a su vez, completa que la ingesta de líquido es clave también para la regulación de la temperatura corporal y para desintoxicar el organismo. Y nos comparte un consejo para saber si estamos bien hidratados: “si la orina es más amarilla clara, estamos bien. Por el contrario, si el pis es amarillo oscuro quiere decir que no estamos tomando suficiente líquido”, ejemplifica.
¿Ya empezaste a tomar tu agua hoy? No esperes a tener sed. Tené siempre a mano una botella de agua e hidratate con frecuencia ¡Vas a ver los beneficios reflejados en tu cuerpo!
DE AGUAS Y SOMMELIERS
Hay varios tipos de agua y no todo es lo mismo. Para conocer más sobre la bebida más ingerida en el mundo hablamos con Horacio Bustos, Sommelier especializado en agua y té y director de Gyokuro Círculo Argentino del Té. Según nos explica el profesional hay distintos tipos de agua: agua mineral natural, aguas mineralizadas, aguas potables (son aguas envasadas que muchas veces ni se sabe el origen y no se recomienda consumirlas), agua de la canilla y agua de pozo. Con respecto al agua de pozo, Bustos asegura que está el concepto que el agua de pozo es rica y se bebe sin análisis. Craso error, porque dependiendo de la profundidad y la zona del pozo, puede ser segura o no. Con respecto al agua de la canilla en general es segura porque se potabiliza (depende de la planta que potabiliza en la zona).
En cuanto a la tarea de un sommelier de agua, Bustos explica que su función es ver todo lo sensorial respecto del agua. ¿Qué quiere decir esto? El aspecto visual, olfativo y gustativo. “En lo visual verificamos que se limpia, que sea transparente y que no tenga ningún defecto. Generalmente las aguas que salen al mercado son transparentes. En el aspecto olfativo se evalúa que no tenga ningún defecto, que no tenga ningún aroma a moho o fango a mucha humedad. Que esté bien cuidada, en un lugar que sea acorde. Por último, en lo gustativo se presta atención a los minerales que tiene: el sodio, el calcio, el magnesio, los sulfatos, los bicarbonatos”, detalla. Y explica que, en la Argentina, en general, todas las aguas son de baja mineralidad. ¿Qué quiere decir esto? Que el total de sólidos disueltos en el agua (TSD) es menor a 600 miligramos por litro. Esto no tiene que ver con la calidad del agua sino con la cantidad de minerales que tiene. Por eso, cuando se habla del sodio, en todas las aguas de la Argentina en general es bajo, incluso las que tienen mayores niveles de sodio. Por ejemplo, en Europa hay muchas aguas con mineralidad alta por arriba de 2000/3000 miligramos de TSD por litro. En este caso son aguas con mucho más cuerpo y muy intensas en boca. Son para acompañar un asado, no para beber 2 litros.
Por último, Bustos nos cuenta la temperatura ideal que debe tener el agua para su ingesta. “En las aguas tranquilas (como les decimos nosotros a las aguas sin gas) la temperatura ideal es 10 a 12 grados y como tope 18/20 grados. En cuanto a las aguas con gas lo ideal es tomarlas a una temperatura de 12 grados aproximadamente porque si la tomamos muy fría sus burbujas pueden inactivar las papilas gustativas. Y si el agua con gas elegida tiene burbujas más grandes, se toma a temperatura más alta, 17 grados. Mi recomendación es sacar el agua y la soda un ratito antes de la heladera y disfrutarlas a la temperatura correcta”, concluye.