Nuevos interrogantes aparecen y otros se disipan.
Ante la aparición de síntomas es fundamental aislarse, hacer la consulta médica y el hisopado.
VACUNAS: CÓMO ACTÚAN Y QUÉ PREVIENEN
Como explica Gismondi, las vacunas contra el COVID-19 protegen contra esta enfermedad porque inducen inmunidad contra el virus SARS-CoV-2 que la causa, es decir, reducen el riesgo de que la infección producida por este virus cause síntomas y, lo más importante, que tenga consecuencias graves para la salud. La inmunidad generada por las vacunas ayuda a las personas a luchar contra este virus en caso de infección, reduce (pero no elimina por completo) la probabilidad de contagio hacia otras personas y, por lo tanto, también protege de forma indirecta a estas. Este fenómeno reviste especial importancia porque permite proteger a los grupos que corren más riesgo de presentar síntomas graves de COVID-19, como los profesionales de la salud, los ancianos y las personas que presentan determinadas enfermedades crónicas. “Es importante reforzar la idea de que las vacunas son muy efectivas para prevenir formas graves de COVID-19 pero no eliminan por completo la posibilidad de infectarnos ni de transmitir el virus a otras personas; por eso es fundamental que las personas vacunadas (incluso si tienen esquema completo) continúen cumpliendo con el uso de barbijo, el distanciamiento social y otras medidas de prevención. Además, dado que si se infectan las personas vacunadas tienen más probabilidades de hacer cuadros leves y de menor duración, es fundamental que no minimicen ningún cuadro respiratorio y que consulten y se testeen de inmediato si tienen síntomas”, argumenta.
Es importante saber que la primera vez que una persona se infecta con el virus que causa el COVID-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar todas las herramientas necesarias para controlar y resolver la infección. Después de superada dicha infección, el sistema inmunitario de la persona recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger al organismo de la enfermedad. De esta forma, el organismo conserva en su sistema inmunológico algunos linfocitos T y B, conocidos como “células de memoria”, que entran en acción rápidamente si la persona se vuelve a encontrar con el mismo virus, evitando así la progresión de una nueva infección. “Las vacunas ayudan a nuestro organismo a desarrollar inmunidad contra el virus que causa el COVID-19 sin que para ello tengamos que contraer la enfermedad. Los distintos tipos de vacunas actúan de diferentes formas para brindar protección. Existen 3 plataformas principales (2 en nuestro país): Vacunas a ARNm, de subunidades proteicas y de vectores virales. Independientemente de ello, con todos los tipos de vacunas el organismo se queda con un suministro de linfocitos T y B de memoria que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro”, detalla Gismondi. Y agrega: “Por lo general, después de la vacunación el organismo demora algunas semanas en producir estas células específicas de memoria. Por consiguiente, es posible que una persona se infecte con el virus que causa el COVID-19 justo antes o justo después de vacunarse, y que se enferme porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo para generar la protección buscada”.
PING- PONG DE DUDAS HABITUALES
Gismondi responde las dudas más comunes por estos tiempos:
-Si una persona está vacunada y tuvo un contacto estrecho ¿Debe aislarse?
-Sí, según la normativa vigente del Ministerio de Salud, aunque una persona haya recibido una o las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 ante una situación de contacto estrecho tendrá que cumplir igualmente con el aislamiento. El tiempo de aislamiento, en general, es por 14 días. Esto es muy importante porque como decíamos antes, las vacunas son muy efectivas para prevenir formas graves de COVID-19 pero no eliminan por completo la posibilidad de infectarse y transmitir el virus a otras personas.
-¿Cuánto tiempo debe pasar entre la primera y la segunda dosis de la vacuna COVID-19?
-Para lograr la máxima protección se debe completar el esquema de 2 (dos) dosis de vacunas. Dicho esto, usualmente los problemas de eficacia surgen cuando la administración de las dosis es en intervalos inferiores a los recomendados. Esto puede reducir la respuesta inmunitaria y, por lo tanto, la eficacia de la vacuna.
En la historia de la vacunología, administrar dosis en intervalos superiores a los recomendados no trae inconvenientes ni reduce la respuesta inmunitaria. En particular con las vacunas de COVID-19 y según opinión de expertos con respecto a las vacunas de plataforma ARNm (no disponibles, hasta la realización de esta nota, aun en el país: Moderna/Pfizer), se podría postergar la segunda dosis hasta 42 días.
En el caso de la vacuna de Astra-Zeneca un estudio concluye que puede ser una estrategia efectiva un intervalo de dosis mayor a 3 meses (e incluso brindar mayor protección que aplicar las 2 dosis separadas por un intervalo menor). Teniendo en cuenta lo dicho y con el objetivo de alcanzar una cobertura más amplia en la población objetivo y con factores de riesgo, se planificó diferir la segunda dosis de cualquiera de las vacunas actualmente disponibles en nuestro país (Sputnik V, Covishield/ChadOx-1 y Sinopharm® vacuna SARS-CoV-2 inactivada) a un intervalo mínimo de 12 semanas (3 meses) desde la primera dosis. Esta estrategia apunta a acelerar la vacunación y lograr que se alcance más rápidamente una mayor proporción de personas vacunadas para reducir el número de individuos susceptibles en la comunidad.
-¿Si una persona ya tuvo COVID-19, cuánto tiempo debe esperar para vacunarse?
– La vacuna contra COVID-19 puede ser administrada independientemente del antecedente de haber padecido la infección (sintomática o asintomática). No es necesario esperar un tiempo determinado para vacunarse, alcanza con estar de alta clínica y epidemiológica (sin aislamiento). Sin embargo, puede recomendarse la postergación de la vacunación en personas recuperadas de COVID-19 dado que la probabilidad de reinfección es muy baja en los 6 meses posteriores al diagnóstico. En este sentido, en contexto de disponibilidad limitada de vacunas, posponer su administración entre 3 y 6 meses posteriores a la alta clínica es una herramienta posible para la optimización de aplicación de primeras dosis y obtener mayor cobertura en la población.
-¿Si una persona está aislada por contacto estrecho puede vacunarse?
-No. Se debe aplazar la vacunación hasta que finalice el período de aislamiento para evitar exponer al personal de salud durante la vacunación y a otras personas. Además, si aparecen síntomas después de la vacunación se vuelve muy complejo diferenciar si se trata de algún efecto adverso leve relacionado a la vacuna o de síntomas de COVID-19.
-¿Si una persona tuvo COVID-19 y se aplicó una sola dosis ya está cubierta y protegida?
-Si bien una dosis de vacuna ofrece una protección parcial y otorga inmunidad superior a no recibir ninguna dosis, para lograr la máxima protección se debe completar el esquema de 2 (dos) dosis.
-¿Si una persona está vacunada y se contagia COVID-19 puede contagiar a otros?
-Si bien las vacunas previenen la infección o atenúan la enfermedad y según varias publicaciones científicas podrían disminuir la posibilidad de trasmitir el virus, también está descripto que aún con sintomatología leve las personas reinfectadas o vacunadas pueden ser foco de dispersión del virus. La exposición a las nuevas variantes del virus ha sido considerada como un factor frente a la posible reinfección en personas ya inmunizadas. Se han notificado casos de personas vacunadas con esquemas completos que se han reinfectado y presentan capacidad de infectar a otros; es por eso por lo que es fundamental cumplir con las medidas de prevención incluso si estamos vacunados.
-¿Se sabe cuántas veces una persona puede contagiarse de COVID-19?
-No, pero es variable y multifactorial. Entre ellos la inmunidad individual, nivel de exposición al virus, nuevas variantes del SARS-CoV2, etc. Las reinfecciones no parecen ser un fenómeno frecuente, pero son perfectamente posibles; es por eso que es fundamental continuar con las medidas de prevención incluso si tuvimos COVID-19.
-¿En qué caso una persona debería medirse anticuerpos? ¿Esto tiene algún sentido?
-No es necesario dosar anticuerpos de rutina o para evaluar niveles de inmunidad dado que a la fecha se desconoce el correlato serológico de protección inmunológica, dificultando la interpretación de los resultados obtenidos. Se utiliza en situaciones específicas como herramienta de diagnóstico de COVID-19 en el pasado o en el contexto de ensayos clínicos o protocolos de investigación.
-¿Se puede recibir otra vacuna con la de COVID-19 o se debe esperar? ¿Cuánto tiempo?
-La coadministración de alguna de las vacunas contra la COVID-19 con otras vacunas del Calendario Nacional no ha sido evaluada. Por este motivo, hasta tanto se tenga más información al respecto y considerando las recomendaciones internacionales, se recomienda respetar un intervalo de al menos 14 días con la aplicación de otras vacunas.
-¿Qué medidas de cuidados y prevención hay que tomar si ya se tiene el esquema completo de vacunación?
-De acuerdo con la reglamentación vigente, se deben tomar las mismas medidas de prevención y cuidados que previos a vacunarse.