¿Podemos controlar todo? ¿Es bueno tener esta actitud?
Y este último punto que señala la coach es clave: nosotros podemos controlar todo lo que sale de nosotros. ¿Qué quiere decir? Lo que hacemos, decimos, cómo actuamos y nuestras decisiones dependen exclusivamente de nosotros. Ahora, lo que no podemos controlar es lo que los otros hacen, dicen o piensan.
CÓMO SOLTAR LA ACTITUD CONTROLADORA
Según explica la especialista, una persona puede dejar de ser controladora en primer lugar si reconoce en sí misma que lo es. Es que para todo proceso de cambio es fundamental reconocer el problema. Luego, es momento de analizar en nuestro interior cuáles son nuestros temores. Martínez de Campos, propone hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Qué pasa si dejamos de controlar?
- ¿A qué le tenemos miedo si soltamos y dejamos que las cosas sucedan cómo tengan que suceder?
- ¿Qué tan reales son esos peligros que nos imaginamos?
- ¿Por qué si amamos a los que nos rodean necesitamos tenerlos siempre controlados?
Con estas respuestas, poco a poco, podremos ir corriéndonos de esa actitud tan controladora y empezar a vivir más livianos y felices. Y, como dijimos al principio, entender que no podemos controlar lo que hacen los otros, pero Sí podemos controlar lo que sale de nosotros y la actitud que tenemos.