Como un líder positivo puede marcar la diferencia en muchas personas.
En el ámbito laboral, el liderazgo según su definición, es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en un grupo de trabajo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos. Y aquí también existen los líderes positivos, y los amigos del “no”. Según explica la licenciada Stella Maris Rivadero, Psicoanalista, Docente y Supervisora de la Institución Fernando Ulloa, el líder positivo que dice más “sí”, es un conductor que tiene la capacidad de convencer con argumentos y con hechos que acompañan dichos motivos. Hay una lógica y una retórica en sus acciones. Es un líder que evalúa constantemente sus enunciaciones, es decir, la posición desde la cual habla y no solo tiene en cuenta sus dichos. “Observa y tiene en cuenta a quién le habla y si está en tiempo y en forma adecuada para poder escuchar y cohesionar”, se explaya.
POR LA RUTA DEL “SÍ”
Los líderes que utilizan su rol para brindar posibilidades generalmente saben leer o intuir el potencial del otro y también evaluar las dificultades para poder ayudar. Como explica Rivadero, son personas con empatía por el prójimo y con tiempo y deseo de aceptar que el otro crezca, aun cuando ese crecimiento implique con el tiempo diferenciarse y alejarse del líder.
Ser un líder que se inclina por el sí trae muchos beneficios también para él mismo. “Logran una mayor aceptación y propician vínculos más estables y productivos en un grupo” argumenta la profesional. En contrapartida ser un líder que no empodera y ejerce su poder en un entorno intimidatorio, trae soledad, aislamiento y consecuencias en el grupo que lidera, como generación de sentimientos primarios, desconfianza, rivalidad, malos entendidos, dificultad para lograr cohesión, entre otros. “Al inicio la ruta más fácil es decir que no, pero a mediano plazo genera más conflictos. Esto no excluye que a veces sea necesario decir no”, concluye Rivadero.