CONTRACTURAS

CONTRACTURAS

Calidad de Vida  -  30/06/2020

¿Qué son y qué podemos hacer para minimizar su impacto?

Te molesta el cuello hace algunos días. Sentís presión y dolor en la espalda. Estás contracturado y tu malestar persiste. ¿Por qué aparecen las contracturas? ¿Qué son y qué nos están indicando? Según explica Rodrigo Mamberto, kinesiólogo y responsable de Ciclos Kinesiología y Rehabilitación, los músculos están compuestos por fibras contráctiles que mediante gasto energético interactúan entre sí dando como resultado de este proceso la contracción muscular.  Esta interacción se produce tanto voluntaria como involuntariamente existiendo diferentes tipos de contracciones y de fibras musculares. Cuando esto se da involuntariamente y es sostenido en el tiempo, crea un estado de tensión permanente, conocido como “contractura muscular”.  Un músculo en estado de contracción permanente colapsa sus capilares arteriales, venosos y linfáticos, creando un estado de congestión que no sólo dificulta la llegada de oxígeno y nutrientes a las células musculares, sino que también dificulta el drenaje de los productos de desecho del metabolismo que son nocivos e irritan las terminaciones nerviosas, produciéndonos dolor y edema. “Es muy importante entender que la contractura no es una causa en sí misma, sino una consecuencia. Es decir, el cuerpo nos habla a través de sus síntomas y cuando el grado de estrés que recibimos sea físico (traumatismo directo), químico (agotamiento muscular) o emocional (estrés), es mayor al que podemos soportar se pierde el equilibro y comienzan este tipo de manifestaciones”, detalla el profesional.

 

EL CUERPO HABLA

Como explicamos las contracturas son un síntoma no la causa de la dolencia en sí. Las causas pueden ser muy variadas y para tener éxito en el tratamiento es fundamental llegar a la respuesta correcta. El cuerpo es una máquina alucinante y si corregimos el factor estresante que está provocando la contractura, el mismo organismo la va a resolver.  Según explica Mamberto una contractura nos pueden estar indicando:

  • Alteraciones posturales
  • Alteraciones del calzado
  • Una lesión muscular o articular
  • Falta de movimiento o de actividad física en nuestra vida diaria
  • Sobreesfuerzos

 

Otro factor muy importante es entender qué a nivel reflejo nos puede estar hablando de una afección visceral. ¿Qué es esto? Por ejemplo, una afección gastrointestinal o ginecológica pueden causarnos una contractura refleja en la musculatura vertebral, y hasta que eso no se corrija, la contractura no va a ceder. Por eso, la evaluación médica es tan importante y debe ser integral.  “Tampoco se puede perder de vista que somos seres emocionales y el tono muscular es influido por nuestras emociones, por lo tanto, situaciones de estrés psíquico también se pueden manifestar en contracturas musculares. Un ejemplo claro es cuando un paciente que tiene hace meses contracturas cervicales se va de vacaciones y de repente, en esos días que consigue relajarse, ´le desaparecen´ los síntomas”, ejemplifica el especialista.

 

QUÉ HACER

Como kinesiólogos podemos aliviar la tensión muscular y romper reflejos de dolor mediante técnicas manuales. Podemos normalizar la situación, pero luego indefectiblemente tenemos que ir a la causa. Si esto no lo tenemos en cuenta vamos a tener alivios temporales. Y en ese´ ir a la causa´ es primordial el compromiso del paciente como protagonista activo en su recuperación, ya que muchas veces se trata de cambiar hábitos de vida como alimentación, descanso, ejercicios, vicios posturales, etc.”, detalla Mamberto.

El profesional también explica que hay ciertos agentes físicos que ayudan a tratar las contracturas como la fisioterapia, la termoterapia, crioterapia, ultrasonidos e incluso fármacos cuando el dolor es tan agudo que nos afecta o no nos permite llevar una vida normal diaria. Pero en este punto aclara que es muy importante no acostumbrarse a tomar miorrelajantes ya que lo único que hacemos es seguir tapando el síntoma mientras la causa sigue ahí, latente. Y lo que es peor, a larga tenemos más daño y compensaciones.

Con respecto a los ejercicios que podemos hacer Mamberto asegura que no hay recetas universales y cada caso tiene sus particularidades. Lo que sí podemos es mantenernos activos, hacer ejercicios aeróbicos, de flexibilidad y de fortalecimiento muscular, pero estos deben ser dosificados y personalizados por un profesional.

Por último, asegura que hay factores que podemos modificar, como hábitos de vida y posturas saludables, para prevenir o minimizar las contracturas. Pero hay otros que no. “Sugiero hacernos cargo de las variables que sí podemos modificar y buscar ayuda en el equipo de salud para logar nuestra mejor versión física, psíquica y emocional”, concluye.

 

Más Info: @cicloskinesiologia

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