En un contexto digital, la experiencia del usuario marca la diferencia.
La experiencia del usuario es una metodología basada en evidencia que involucra a usuarios a través de un proceso creativo. ¿Qué queremos decir con esto? Que durante el desarrollo del sitio o interfaz el usuario final es parte fundamental. Ayuda a testear, comenta sus apreciaciones y se toman acciones y mejoras en base a lo trabajado en conjunto. Es clave detectar, entender e interpretar sus necesidades. Por otro lado, un error muy habitual en las organizaciones es poner el foco en que la interfaz funcione y no en la usabilidad. Por eso se diseña pensando que el usuario final es el propio diseñador o programador.
La interfaz tiene que ser intuitiva, fácil de usar, y dinámica. Si algo es demasiado complejo, seguro el usuario se cansará y dejará, o deberá contactarse con la empresa para que lo ayuden a resolver su inconveniente. Es imprescindible centrarse en el usuario y hay metodologías y estructuras ágiles (como el design thinking o user research) que son buenas facilitadoras en este sentido.
TODO MÁS SIMPLE
Trabajando sobre la experiencia del usuario se pueden crear experiencias que las personas amen y que beneficie a todas las áreas de la empresa. Por ejemplo, en marketing el UX ayuda a tomar decisiones estratégicas. A nivel contenidos permite priorizarlos y jerarquizarlos, y en cuanto al negocio ayuda a que el cliente conozca, use el producto o servicio y no se vaya. Entre muchas cosas una buena user experiencia resuelve lo siguiente:
- Reducción del soporte técnico
- Disminución de errores
- Incremento en la conversión
- Reducción de abandonos (famoso ‘dropout’)
- Reducción de tiempos de desarrollo
- Disminución de necesidad de soporte y entrenamiento
- Incremento del uso
- Ahorro de tiempo
El mundo online tiene mucho camino por recorrer. Pero como en el ámbito físico los usuarios o clientes son a los cuáles hay que cuidar y acompañar para que su experiencia con nuestra empresa sea la mejor. Eso hará que vuelvan y vuelvan.