Siempre podemos reinventarnos y mirar nuevos objetivos, incluso en épocas difíciles.
En épocas difíciles es importante reinventarse, hacer y ofrecer nuevas cosas, abrir nuevas puertas y continuar en movimiento. Dejar el miedo atrás y poner el foco en las oportunidades que nos esperan si solo prestamos atención y trabajamos en ese camino. Todos podemos reinventarnos y no es una capacidad de algunos pocos: es una virtud inherente al ser humano. Y esto hoy está fundamentado desde las neurociencias: tenemos neuroplasticidad cerebral, que es la capacidad de regenerar nuevas conexiones cerebrales modificando su estructura. Nuevas redes se conforman a través de nuevas sinapsis (conexiones neuronales) que se activan producto de nuestros pensamientos y emociones. “Podemos reinventarnos en concordancia con nuestras decisiones de hacerlo y, fundamentalmente, con nuestro compromiso en accionar para hacerlo. Si, por el contrario, nos quedamos siempre haciendo lo mismo, vamos creando hábitos que fortalecen las redes neuronales ya creadas que nos posibilitan hacer más y más de lo mismo. Somos diseñadores y constructores de lo que queremos que pase. No podemos asegurar los resultados, ya que hay circunstancias sobre las que no tenemos control, aunque sí somos responsables de decidir quiénes seremos y qué haremos con lo que pasa. El lenguaje generativo, la gestión emocional y corporal son, en definitiva, los recursos para la reinvención de nosotros mismos”, argumenta Daniel Rosales Master Coach Ontológico y Director de Fundación Escuela Latinoamericana de Coaching.
“MANOS AL PICAPORTE”
Para poder abrir puertas lo primero es entrenar la capacidad reflexiva propia del ser humano y saber que la realidad es una interpretación que hace cada observador de los hechos que suceden. “Un observador es la coherencia que creamos en nuestra relación emocional, corporal y lingüística con el mundo exterior e interior. Quien entrena esta capacidad de observar el observador que está siendo y diseñar el observador que necesita para crear futuro, estará ante un mundo lleno de puertas y posibilidades”, argumenta Rosales.
Por esto es importante en épocas de crisis mirar más allá y no quedarnos temerosos. Como explica el profesional, desarrollar nuestra capacidad de observarnos y gestionar nuestra coherencia entre pensamientos, emociones y disposiciones corporales. Así tendremos más recursos para poder transformar lo denominado “crisis” en nuevas oportunidades.
Además, hay que saber que, “unas de las causales de estrés más recurrentes son la rutina y la pérdida de sentido. Una persona que hace siempre lo mismo necesita focalizarse en el pasado y en lo que sabe. Quien abre puertas hacia el futuro, genera posibilidades, crea propósitos y sentidos nuevos en el fluir de la vida”.
Y el coaching ontológico trabaja en este sentido. “El coach asiste a las personas para que puedan desarrollar las acciones que los llevan a cerrar la brecha entre quién está siendo y quien elige ser”, concluye Rosales.